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Estados Unidos despidió ayer al expresidente George H.W. Bush, cuyos restos yacen en capilla ardiente en el Capitolio en Washington, en el segundo día de honras fúnebres al 41º mandatario.

Desde la noche del pasado lunes, miles de personas desfilaron silenciosamente frente al ataúd cubierto con la bandera estadounidense ubicado en la Rotonda del Capitolio, para saludar a Bush, quien falleció el pasado viernes a los 94 años en su casa de Houston.

La muerte de Bush, quien ocupó la Casa Blanca entre 1989 y 1993 luego de ser un condecorado piloto de caza de la Segunda Guerra Mundial, embajador en China, jefe de la Agencia Central de Inteligencia CIA y vicepresidente de Ronald Reagan, llevó a los estadounidenses a reflexionar toda su vida de servicio al país.

El presidente Donald Trump tiene previsto asistir a un funeral de Estado hoy en la Catedral Nacional de Washington, el primero para un presidente desde la muerte de Gerald Ford en 2006.

Trump, que envió el avión presidencial para traer a Washington el ataúd de Bush, se trasladó desde la Casa Blanca al Congreso el pasado lunes para presentarle sus respetos junto a la primera dama, Melania. Ambos se quedaron aproximadamente un minuto frente al féretro.