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La jefa de gobierno británica, Theresa May, nombró ayer a un euroescéptico como nuevo ministro para el Brexit y recibió el apoyo de dos destacadas figuras de su partido, un balón de oxígeno ante la amenaza de una moción de censura. 

Echándole un salvavidas, ayer el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, una figura influyente entre los euroescépticos, dijo que confiaba 'absolutamente' en ella.

'Un acuerdo es mejor que ningún acuerdo, las empresas necesitan certeza', agregó el ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, otro abanderado del Brexit.

Un afirmación con la que coincidían dos analistas de la London School of Economics: 'Los críticos de May piensan que podemos obtener un acuerdo ‘mejor’, pero ¿en base a qué?', se preguntaban Michael Ellington y Costas Milas en una nota.

'Nuestros socios de la UE se dieron cuenta hace tiempo de que nuestro gobierno es un ‘desbarajuste’. ¿Por qué estarían dispuestos a darnos más cuando estamos en una posición tan débil para negociar?', escribían. 

Un sondeo publicado el jueves por Sky Data indica que ahora un 54% de británicos prefiere permanecer en la UE, 32% quiere salir de ella sin acuerdo y solo 14% elegiría un Brexit en los términos negociados por May.