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Andrew Menck no se molestó en votar en las últimas siete elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, pero el martes hizo pacientemente la cola en su distrito en Chicago para expresar su descontento con la presidencia de Donald Trump.

'No estoy de acuerdo con las acciones del presidente', dice. Para este votante de 34 años, que afirma ser políticamente independiente, estos comicios son un referendo sobre Trump, a pesar de que el mandatario no está en la boleta.

'No sé si realmente se le está haciendo rendir cuentas. Los republicanos controlan la Cámara de Representantes y el Senado', señala Menck, que espera ayudar a revertir la tendencia en el Congreso para crear un verdadero contrapoder.

Menck es uno de los millones de estadounidenses que votaban este martes en estos comicios legislativos y de cargos ejecutivos locales y estatales, primera prueba electoral del controvertido gobierno de Trump. 

La alta participación por adelantado -al menos 38 millones votaron anticipadamente, un 40% más que en 2014, según expertos- hace pensar que el flujo de votantes no se verá disminuido por las fuertes lluvias en el este del país. 

En la mesa electoral de Menck en el corazón de Chicago, un bastión demócrata que sirvió de trampolín para el expresidente Barack Obama, se formaron filas mucho antes de la apertura de las urnas a las 06H00 (11H00 GMT).

'El mensaje que voy a dar es que no apruebo cómo este presidente está liderando nuestro país', afirma Rory Mabin, de 34 años, una demócrata que siempre vota en las elecciones intermedias. 'No me gusta viajar al extranjero y avergonzarme al decir que soy estadounidense'. 

James Gerlock, un republicano de 27 años, se dijo sin embargo contento con el crecimiento económico que propició Trump y quiere que siga: 'Me encanta la desregulación'.