La expresidenta Cristina Kirchner compareció nuevamente ayer ante los tribunales por una causa de lavado de dinero, un día después de que se solicitara su prisión preventiva en el proceso ‘los cuadernos de la corrupción’, que sacude a la sociedad argentina.
Kirchner, quien actualmente es senadora, entregó al juez Sebastián Casanello un texto en el que rechazó cualquier acusación vinculada con la causa conocida como ‘la ruta del dinero K’, que indaga la presunta expatriación y posterior repatriación de unos 60 millones de dólares en un intento por legitimar esos capitales.
'No solo desconozco por completo esta supuesta maniobra, sino que no existe ningún elemento de prueba que me vincule a la misma', sostuvo la expresidenta.
'Podrán seguir vigilando mis movimientos y los de mi familia, escuchar de manera clandestina mis conversaciones telefónicas o excavar toda la Patagonia argentina o donde mejor se les ocurra que nunca van a encontrar nada con lo que involucrarme porque jamás me apoderé de dinero ilícito alguno', enfatizó Kirchner en su escrito al juez.
Un mes en tribunales. Vestida con un conjunto de chaqueta y pantalón, Cristina Kirchner llegó sonriente a la sede de los tribunales en Buenos Aires, donde la esperaba un puñado de militantes para expresarle su apoyo.
Como ya es habitual, no hizo ninguna declaración a la prensa, pero aprovechó su cuenta de Twitter para subrayar que se trata de la octava ocasión en que debe declarar en alguna causa judicial en su contra.
'Por octava vez voy a prestar declaración indagatoria a Comodoro Py (sede de los tribunales), lugar donde ya no rige ni la Constitución, ni los códigos de fondo ni de forma. Esta vez me encuentro en una situación inédita', escribió Kirchner.
La expresidenta asegura que las causas en su contra tienen como fin proscribirla de la actividad política, en la que sigue siendo la principal figura de la oposición, con 30% de apoyo en las encuestas.