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Un millón de catalanes en la calle exigiendo separarse de España y una nueva ministra que dimite. Pedro Sánchez tuvo otra vez la prueba de las dificultades de su gobierno, al que en menos de 100 días se le han acumulado las contrariedades.

El presupuesto para el año próximo es el asunto que cristaliza como ninguno el juego de equilibrismo al que se enfrenta Sánchez.

'Es una ecuación política muy compleja', y por el momento 'los números no dan' en términos de apoyos parlamentarios, comenta a AFP Antonio Barroso, analista del gabinete londinense Teneo Intelligence.

Las promesas de 'responsabilidad' fiscal a Bruselas, con la que se ha acordado reducir el déficit a 2,7% del PIB en 2018 y 1,8% en 2019, después del 3,1% con el que se cerró el pasado año.

Por el camino se han quedado algunas promesas, como la de un impuesto a la banca, que ha sido aparcado en beneficio de una tasa a las transacciones financieras en fase de elaboración.