Por Jennyfer Solano Betancourt
El pasado de España aún no acaba de digerirse. A la memoria asaltan los recuerdos de la oscura historia que dividió a los españoles tras una imposición de una dictadura fascista que se prolongó por 40 años.
Hoy vuelven a salir los fantasmas del pasado con la pregunta ¿qué se hace con los restos de Francisco Franco?
El Ejecutivo socialista, en cabeza de Pedro Sánchez, quien se posicionó en junio, aprobó un proyecto de ley para exhumar los restos del dictador de su tumba en el Valle de los Caídos y así apartarlo de las víctimas de la guerra. 'España no se puede permitir, como democracia consolidada y europea que es, símbolos que separen a españoles', expresó Sánchez.
Pero ante el anuncio del Gobierno, las discrepancias revivieron.
'El valle no se toca'
En una lápida de mármol decorada con ramilletes y coronas de flores frescas está grabado el nombre del general Francisco Franco, a quien cada 20 de noviembre en el aniversario de su muerte, grupos de seguidores van a rendirle tributo. La curiosidad por la historia que guarda el Valle de los Caídos, el interés por el suceso trágico que representa o la admiración que sienten por el régimen fascista son algunas de las razones por las que el mausoleo recibe a visitantes.
A pesar de que España goza de alrededor de 40 años de democracia, Franco sigue desatando pasiones encontradas en la sociedad. De pie, con la posición erguida y con una mirada fría y fija en la lápida, seguidores del dictador extienden el brazo derecho con la palma de la mano hacia abajo, saludando al General.
Otros se arrodillan y besan la tumba. Inclusive, grupos de extrema derecha se concentran en el Valle de los Caídos, cada año, para brindar una misa en honor a la memoria de Franco.
La exhumación de los restos del militar representa para algunos, el destierro definitivo de un pasado oscuro y triste de la historia española. Pero, para otros, es el ataque contra una ideología que desean perpetuar y que se niegan a olvidar.
Por eso, la medida del reciente Gobierno socialista generó ciertas discrepancias que volvieron a dividir a la nación, en el sentido ideológico, entre republicanos y franquistas.