Compartir:

* Por Paul Henríquez

La vida de la recién fallecida Aretha Franklin, de 76 años, considerada sin discusión ‘la Reina del soul’, estuvo rodeada de muchas dificultades desde su más tierna infancia.

Su madre, la cantante de góspel Barbara Franklin, la abandonó desde muy niña junto a sus hermanas Enma y Carolyne. Cuando Aretha alcanzó los 10 años de edad Barbara murió, y aunque que no vivían juntas, el fallecimiento complicó aún más la vida de la pequeña.

La situación no mejoró, pues quedó embarazada por primera vez a los 12 años y a los 15 tuvo su segundo hijo. Ninguno de los dos niños fue reconocido por sus padres.

Madre a tan temprana edad, Aretha se vio obligada a abandonar la escuela. Años más tarde, se vio envuelta en dos matrimonios consecutivos con Glinn Turman y Ted White, en los que sufrió violencia física y psicológica por parte de ambos.

Tras ese panorama tuvo otras relaciones sentimentales, entre ellas con los músicos Sam Cooke y Dennis Edwards, este último exintegrante de la banda Temptations.

Pese a los difíciles años de su etapa infantil, Aretha Franklin nació con dotes naturales de artista.

Se hizo autodidacta y a los ocho años ya tocaba el piano sin saber siquiera leer partituras. Los que la conocieron definían su personalidad como una mujer muy reservada e introvertida, casi nunca hablaba de su vida personal ni de su familia.

Su padre, el predicador bautista y músico Clarence LaVaughn Franklin, fue activista y amigo personal de Martin Luther King Jr., el inmolado líder afro. 

Clarence solía llevar a la adolescente Aretha a los actos de King. El reverendo Franklin terminó herido gravemente por unos ladrones en Detroit, y permaneció en coma varios años hasta que finalmente falleció.

A su funeral asistió y tomó la palabra el famoso predicador Jessey James.

Nueva York le abre las puertas

En 1961 Aretha Franklin se mudó a Nueva York e impresionó al medio artístico musical de la Gran Manzana.

Firmó con la disquera Columbia Records, que según los críticos encaminó erróneamente su carrera hacia el Jazz.

Pero este no era su destino, Aretha estaba llamada a partir en dos la historia de la música con su impresionante voz, forjada en los caminos del blues y del góspel.

Es así como logró grabar alrededor de 10 álbumes con Columbia Records. Sin embargo, no se sentía satisfecha. Estaba convencida de que la casa discográfica desaprovechaba su real talento, esto la llevó a finalizar el contrato y buscar otros horizontes. Fue así como llegó a Atlantic Records donde conoció al productor Jerry Wexler con quien tuvo una mejor articulación personal y artística.

Wexler la lanzó al mundo del estrellato y de su mano consiguió sus grandes éxitos iniciales.

Aretha Franklin fue tal vez la última diva de la época de oro de la música afroamericana. Logró agitar el escenario musical de los años 60 con recursos del góspel unidos a música más comercial de la época. 

Su voz, su tesitura y cadencia, lograron sintetizar estilos originales como el soul, el jazz, el rhythm and blues, el góspel y el pop, géneros que dominaron plenamente la industria.

Músicos de la época destacaban su inusual registro vocal que se extendía a cuatro octavos, lo que al final fue el éxito de su poderosa y diáfana voz en los escenarios del mundo.

La ‘Reina del soul’ fue acompañada por sus hermanas Enma y Carolyne en los coros en muchas de sus grabaciones y presentaciones que grabó con Atlantic Records, entre estos su sensacional éxito que la catapultó al estrellato musical: I’ll never loved a man the way I love you (Nunca amaré a un hombre de la manera como te amo a ti), que más tarde se convirtió en el éxito Respect (1967).