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Los equipos de rescate en Indonesia evacuaron este lunes a más de 2.000 turistas de las pequeñas islas cercanas a la de Lombok, donde un poderoso sismo mató a al menos 98 personas y dañó o redujo a escombros miles de viviendas.

El temblor de magnitud 6,9 provocó pánico entre los turistas y residentes de este lugar, donde exactamente hace una semana otro sismo había causado al menos 17 muertos.

Este lunes los socorristas buscaban sobrevivientes entre los escombros de casas, mezquitas y escuelas que fueron destruidas en este último desastre ocurrido el domingo por la tarde. 

En la isla vecina de Bali, la más turística de este archipiélago del sureste Asiático, también sintieron el terremoto.

'Siete turistas indonesios fallecieron en Gili Trawagan a causa del seísmo, lo que eleva el total a 98' muertos, declaró este lunes el portavoz de la agencia nacional de desastres, Sutopo Purwo Nugroho, quien advirtió que este balance seguramente seguiría aumentando. 

'Hay desafíos: las carreteras fueron dañadas, tres puentes también fueron, es difícil acceder a algunos lugares y no tenemos suficiente personal', agregó el portavoz.

Además, 'los equipos de rescate lograron evacuar a entre 2.000 y 2.700 turistas de las Islas Gili, tanto indonesios como extranjeros', que fueron trasladados hasta un puerto en el norte de Lombok para que luego accedieran al aeropuerto, afirmó Sutopo Purwo Nugroho. 

'Algunos decidieron quedarse, pero la mayoría prefería irse', añadió. 

Las autoridades indonesias habían informado antes de que se llevó a cabo una operación para evacuar a unos 1.200 turistas de las Islas Gili, tres pequeñas ínsulas tropicales bordeadas por arrecifes coralinos, a pocos kilómetros de la costa noroeste de Lombok, que son particularmente populares entre mochileros y buceadores.

El video de un imán orando con estoicismo en la mezquita Denpasar de Bali mientras la tierra se tambaleaba se convirtió en un fenómeno viral este lunes en las redes sociales, donde los internautas alabaron su fe inquebrantable.

Denink Ayu, recepcionista de un hotel en Gili Trawangan, la más grande de las tres Gilis, dijo a CNN Indonesia que 'todo el mundo estaba en pánico' después del terremoto.

Una pareja de turistas franceses que viajaron a Lombok para festejar su luna de miel en las Islas Gili decidieron regresar a Francia 'con tristeza' tras el miedo que vivieron con el terremoto. 

'Estábamos en un autobús (...), era de noche y yo empezaba a bostezar, cuando sentimos que el autobús se tambaleaba como si lo estuvieran empujando desde afuera. Entonces, una chica que estaba a mi lado gritó: earthquake (terremoto en inglés). Me desperté y sentimos cómo temblaba el suelo durante 15 segundos, fue bastante largo', explicó Anna en el aeropuerto internacional de Lombok. 

Su marido Julien reconoció que 'teníamos que pasar una semana aquí, pero decidimos irnos porque ya hubo otro terremoto la semana pasada'.

Centenares de heridos

Vecinos de la ciudad describieron una violenta sacudida que precipitó a la gente fuera de los edificios.

'Todo el mundo corrió inmediatamente fuera de sus casas, todo el mundo estaba en pánico', relató a la AFP Iman, que como muchos indonesios solo tiene un nombre.

En varios puntos de la ciudad se cortó la electricidad y los pacientes tuvieron que ser evacuados de los principales hospitales, explicaron responsables y testigos.

El número de personas evacuadas se situaría en unas 20.000 en Lombok, informó el lunes el portavoz de la agencia nacional de desastres, quien recordó que necesitaban comida y medicamentos. 

Centenares de personas con el cuerpo ensangrentado eran atendidas en el exterior de un hospital dañado en Mataram, la ciudad más importante de Lombok, que quedó muy dañada por el sismo. Otros heridos descansaban en camas y eran atendidos por médicos con batas azules. 

Decenas de habitantes todavía podrían encontrarse bajo los escombros. El jefe del distrito de Lombok, Najmul Akhyar, consideró que el 80% del territorio quedó dañado por el terremoto. 

Indonesia, un archipiélago de 17.000 islas e islotes, se sitúa en el conocido como 'cinturón de fuego' del Pacífico, una zona de fuerte actividad sísmica. Aunque el país registra numerosos sismos, la mayoría no son peligrosos.