Iñaki Urdangarin, cuñado del rey de España, recibió este miércoles un plazo de cinco días para ingresar en prisión e iniciar su condena de casi seis años por corrupción, acercando el fin de una saga judicial que hizo temblar a la monarquía española.
Llegado desde Suiza donde reside con la infanta Cristina de Borbón, Urdangarin compareció ante la Audiencia Provincial en Palma de Mallorca (islas Baleares, este), que le comunicó que tiene hasta el lunes para entrar a la cárcel, indicaron a la AFP fuentes judiciales.
Ex medallista olímpico de balonmano de 50 años, todavía tiene una última carta para intentar evitar la prisión: un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional alegando que sus derechos fueron vulnerados en el proceso.
Pero es una opción con pocas posibilidades de éxito, ya que aunque el Constitucional admita el recurso, según su propia jurisprudencia solo suspende cautelarmente las penas menores de cinco años de prisión.
Así, Urdangarin está a un paso de entrar en prisión, por un escándalo de corrupción que estalló en 2010, en plena crisis económica, perjudicó la imagen de la monarquía española y contribuyó a precipitar la abdicación de Juan Carlos en su hijo Felipe VI, en junio de 2014.
A su llegada a la audiencia de Palma, un grupo de manifestantes lo recibió al grito de 'chorizo' (ladrón), constató un fotógrafo de AFP.
Urdangarin fue condenado en primera instancia en febrero de 2017 a 6 años y 3 meses de prisión, además de una multa de 512.000 euros, por hechos ocurridos entre 2004 y 2006 en Baleares.
Entre esos años, malversó en beneficio propio junto a su socio el empresario Diego Torres varios millones de euros donados por organismos públicos al Instituto Nóos, un ente sin ánimo de lucro que él presidía.
El martes, el Tribunal Supremo confirmó su condena por malversación, prevaricación, fraude y tráfico de influencias, aunque la rebajó levemente a 5 años y 8 meses.
Elegir la cárcel
La infanta Cristina, hermana de Felipe VI, convertida durante el juicio en el primer miembro de la actual familia real en sentarse en el banquillo de los acusados, fue absuelta.
No obstante, el Supremo confirmó su responsabilidad civil como beneficiaria de las ganancias obtenidas por su marido, y le impuso una multa de 136.950 euros (inferior a los 265.000 euros dictados en primera instancia), una suma que de todas maneras la infanta ya restituyó.
Al no observar riesgo de fuga, los jueces permitieron hasta ahora a Urdangarin seguir viviendo con su mujer, quien este mismo miércoles cumplió 53 años, y sus cuatro hijos en Ginebra, donde recalaron desde que salieron en 2013 de España, huyendo de la indignación causada por el caso.
Urdangarin podrá elegir la cárcel a la que ingresará, de lo que dependerá la futura residencia de la infanta y sus hijos, según la prensa española, que especula que podrían volver a España o mudarse a Portugal para estar cerca de él.
Por este escándalo, el rey Felipe los alejó de todos los actos oficiales de la Casa Real y los despojó del título de duques de Palma de Mallorca.
La Casa Real se limitó el martes a manifestar su 'respeto absoluto a la independencia del Poder Judicial'.
La Audiencia también notificó este miércoles la orden de prisión a otros dos condenados, al socio de Urdangarin Diego Torres (cuya pena fue reducida por el Supremo a 5 años y 8 meses) y a Jaume Matas (3 años y 8 meses), ex presidente de Baleares del Partido Popular.