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La policía tenía fichado por sus contactos en prisión con los islamistas al atacante de Lieja (este de Bélgica), que mató a dos policías y a un joven este martes por la mañana, indicó a la AFP una fuente próxima a la investigación.

Esta fuente agregó que Benjamin Herman, abatido por las fuerzas de seguridad, se habría 'radicalizado' durante una estancia en prisión, en referencia a su cercanía con islamistas radicales, confirmando las informaciones de medios locales.

Herman, nacido en 1982 y que murió a manos de las fuerzas de seguridad tras los ataques, ya había sido condenado por robos, lesiones y por tráfico de estupefacientes, según la fuente próxima a la investigación.

La última estancia en prisión del atacante habría sido en Marche-en-Famenne, en la región belga de Valonia (sur) y, según los medios belgas, aprovechó un permiso de salida para pasar al acto este martes contra los policías.

Dos policías murieron, así como un joven de 22 años. Además, otros cuatro agentes resultaron heridos, entre ellos uno de gravedad, aunque su vida no corre peligro.

La fuente próxima a la investigación indicó a la AFP que Bejamin Herman se encontraba en plena 'huida hacia adelante', tras haber 'perpetrado un asesinato anoche' en On, entre Marche y Rochefort (sur).

Según medios locales, se halló muerto en su domicilio de On a un toxicómano de 30 años, al que asestaron probablemente martillazos. La fiscalía competente en esta zona rechazó, en cambio, establecer un vínculo 'por el momento' entre ambos casos.