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La confrontación entre Estados Unidos y Rusia sobre Siria creció ayer, mientras los bombardeos occidentales parecían cada vez más probables en respuesta a un presunto ataque con armas químicas atribuido al gobierno de Bashar al Asad.

Rusia se opuso en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a un proyecto de resolución estadounidense que preveía crear un mecanismo de investigación independiente sobre el uso de armas químicas en Siria, tras los ataques del sábado en Duma.

Poco después, la ONU rechazó un proposición de Rusia, en la que pedía apoyo a la investigación que lleva a cabo la Organización para la Prohibición de Armas Químicas en Duma. Posteriormente, una segunda propuesta rusa fue también rechazada.

Este enfrentamiento entre Washington y Moscú en la ONU se produce cuando la amenaza de una acción militar occidental en Siria se incrementa. 

Antes, la Casa Blanca había cancelado el primer viaje de Trump a América Latina, preocupado por 'supervisar la respuesta estadounidense a Siria'. 

Trump también puso en la mira de sus amenazas a Rusia, que advirtió por su lado de 'consecuencias graves' en caso de una acción militar de las potencias occidentales.

Acción coordinada. El embajador ruso en la ONU, Vassily Nebenzia, dijo que el veto de su país a la propuesta estadounidense obedecía a su voluntad de 'no permitir que el Consejo de Seguridad sea conducido a aventuras'.

Estados Unidos y Francia advirtieron de la posibilidad de respuestas militares.

'Francia hará todo lo que esté a su alcance contra la impunidad química', aseguró el embajador francés François Delattre y afirmó que su país anunciará 'en los próximos días' su 'decisión' sobre una eventual respuesta militar en coordinación con sus aliados británicos y estadounidense, según dijo en París el presidente Emmanuel Macron.

Washington, con el respaldo de Londres y París, dijo estar listo para actuar con o sin apoyo de Naciones Unidas en respuesta al presunto ataque químico lanzado el sábado en la ciudad de Duma, en Guta Oriental, y del que acusa al régimen de Damasco y a Moscú.

China y Rusia dejaron en claro su oposición a un eventual ataque occidental.