Compartir:

El veneno ingerido por el bosniocroata Slobodan Praljak, que se suicidó en directo en plena audiencia ante el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY), no era en ningún caso detectable, anunció este domingo el TPIY, después de publicar una investigación interna.

'No hay ninguna manera de haber detectado el veneno en cualquier fase', afirmó el juez Hassan Jallow en un comunicado.

El tribunal abrió una investigación interna sobre la muerte de Slobodan Praljak, que se suicidó el pasado 29 de noviembre ingiriendo cianuro en plena sala de audiencia donde era juzgado y en directo ante las cámaras, después de haber sido sentenciado a una pena de 20 años de cárcel por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

'Mi investigación no reveló ninguna laguna en el marco jurídico del TPIY', señaló el juez.

'El pequeño tamaño del frasco [que contenía el veneno], los límites en las normas de registro intrusivas y la naturaleza del equipo de detección disponible en el centro penitenciario y en los locales del TPIY contribuyeron a dificultar la detección del líquido', precisó el juez, que fue asistido por expertos independientes durante la investigación.

La operación de la fiscalía holandesa todavía en curso, solicitada por el TPIY tras el incidente, intenta determinar cómo Praljak pudo conseguir e introducir en el tribunal el frasco con cianuro.

'No es posible adquirir legalmente el cianuro o fabricar ilegalmente con productos disponibles en el centro de detención', argumentó el juez.

El suicidio de Praljak se produjo durante la lectura de la sentencia en el juicio de apelación contra seis exdirigentes y jefes militares bosniocroatas, acusados de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad durante el conflicto croato-musulmán (1993-1994) que estalló durante la guerra de Bosnia (1192-1995).

De pie, frente a sus jueces, Praljak declaró con voz firme, hablando de él en tercera persona: 'Slobodan Praljak no es un criminal de guerra, rechazo su veredicto', después sacó un frasco y bebió su contenido, provocando el estupor en la sala de audiencias, y muriendo unos segundos después.