La empresa agroalimentaria portuguesa Raporal reveló hoy que el Gobierno venezolano debe 40 millones de euros a varias firmas lusas por un cargamento de jamones navideños enviado en 2016 y dijo que desconoce que exista un sabotaje de Portugal sobre las exportaciones de este producto a Venezuela.
En un comunicado del que se hacen eco medios locales, la compañía explica que el Gobierno venezolano compró 14.000 toneladas de carne en 2016 por 63,5 millones de euros a un grupo de empresas portuguesas, entre ellas la propia Raporal, de los cuales todavía debe 40 millones.
'Raporal no conoce ningún acto de sabotaje de Portugal sobre el abastecimiento de pernil de cerdo (jamones) a Venezuela y confirma que es Venezuela quien no ha cumplido puntualmente sus obligaciones de pago por los abastecimientos de 2016', señala la compañía, que recalca que este año no ha suministrado nada a Venezuela.
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El comunicado de Raporal se produce después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, acusara el miércoles a Portugal de sabotear la importación de jamones por parte del Gobierno venezolano, que ha incumplido su promesa de repartir entre el pueblo este alimento tradicional de Navidad.
'¿Pero qué pasó con el pernil? Nos sabotearon. Puedo decirlo de un país, Portugal. Estaba listo, porque nosotros compramos todo el pernil que había en Venezuela. Todo lo compramos. Pero teníamos que importar y así di la orden y firmé los pagos. Pero nos persiguieron las cuentas bancarias', dijo Maduro en una intervención televisada.
El ministro portugués de Exteriores, Augusto Santos Silva, negó en una entrevista a la emisora lusa TSF cualquier responsabilidad de su Gobierno en el asunto y afirmó que el Ejecutivo 'no tiene, con seguridad, ese poder de sabotear pernil', sino que las exportaciones son competencia de las empresas.
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Venezuela es un país de importancia para Portugal porque alberga la segunda mayor comunidad de portugueses en Latinoamérica (unos 400.000), sólo por detrás de Brasil, ya que muchos emigraron a ese país entre las décadas de 1940 y 1980.
La situación actual de Venezuela provocó que descendientes de esos emigrantes decidieran volver a Portugal.