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El gobierno venezolano fijó topes para la venta de gasolina en el oeste del país a fin de evitar el contrabando, al que atribuye la escasez del combustible en los últimos días.

Una comunicación del ministerio de Petróleo, conocida este martes por la AFP, ordena a las distribuidoras vender un máximo de 30 litros a los automóviles sedan, y hasta 35 litros a las camionetas y algunos vehículos de carga.

La directriz, que no precisa la periodicidad con qué podrán recargar los conductores ni los mecanismos de control, excluye los transportes de alimentos, productos perecederos, medicinas -en grave escasez- y de prensa.

El objetivo es enfrentar el contrabando y la reventa de gasolina por parte de usuarios que 'abastecen en varias oportunidades', señala el ministerio.

La regulación se mantendrá 'hasta lograr el equilibrio en el abastecimiento de combustible', y abarca los estados occidentales de Barinas, Portuguesa, Apure, Lara y Cojedes, añade el documento.

En el estado Táchira (frontera oeste con Colombia), donde la semana pasada hubo protestas por el desabastecimiento, también se redujo la venta de forma automática, pues allí se controla con un dispositivo electrónico, dijo a la AFP el dueño de una gasolinera de San Cristóbal, capital regional.

La merma fue de diez litros en promedio, añadió la fuente, aunque en las llamadas estaciones internacionales -donde el combustible es más caro- el suministro se mantiene igual.

Pese a los múltiples controles en Táchira, el gobierno venezolano atribuye la escasez al contrabando hacia Colombia.

Venezuela tiene las mayores reservas petroleras y la gasolina más barata del mundo: con un dólar a la tasa del mercado paralelo se pueden comprar 112.000 litros de 91 octanos.

Según pobladores de Táchira, algunas personas revenden envases de 20 litros de gasolina hasta en 350.000 bolívares, es decir, un valor que excede 17.500 veces el precio oficial.

En marzo y septiembre último también hubo problemas con el suministro de combustible en Caracas y la turística isla de Margarita.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro ha denunciado que las sanciones económicas de Estados Unidos contra Venezuela han complicado la importación de gasolina.

Aunque el país posee refinerías incluso en territorio estadounidense, debe importar nafta para cubrir la demanda.