Ex directivos de la automotriz Ford en Argentina comenzaron a ser juzgados el martes, por permitir el secuestro y la tortura de 24 trabajadores de una planta de la empresa estadounidense en Buenos Aires durante la dictadura (1976-1983).
Se trata de un juicio emblemático porque juzga la complicidad del ámbito empresarial en los crímenes de la dictadura argentina, que ya juzgó y condenó a cientos de militares, policías y civiles.
Las víctimas eran todos operarios de la planta de Ford ubicada en la localidad de Pacheco, en un suburbio al norte de Buenos Aires, algunos de ellos delegados gremiales.
Los trabajadores fueron arrestados por fuerzas militares mientras cumplían con su trabajo dentro de la planta entre el 24 de marzo de 1976, fecha del golpe de Estado, y agosto de ese año. Fueron retenidos en el quincho de la planta, en el que funcionaba un lugar de esparcimiento para los operarios, donde las víctimas fueron golpeadas y torturadas por unas doce horas, según testimonios que obran en la causa.
Luego fueron trasladados a comisarías y más tarde alojados en cárceles a disposición del Poder Ejecutivo. Los acusados son el ex gerente de Manufactura de Ford, Pedro Müller, el ex jefe de Seguridad de la planta en General Pacheco, Héctor Francisco Sibilla, y el ex jefe del Cuerpo IV del Ejército, Santiago Omar Riveros.