El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, arrasó en las elecciones de alcaldes, un impulso decisivo a sus planes de buscar la reelección en 2018 frente a un adversario obligado a superar las divisiones para evitarlo.
La victoria era previsible luego de que los principales partidos opositores se marginaran, dejando claro que su gran objetivo son las presidenciales, para lo cual aceptaron una negociación con el gobierno en busca de garantías electorales.
Con el camino despejado, el chavismo ganó 'más de 300' de las 335 alcaldías, incluidas al menos 20 de 23 capitales regionales, anunciaron la noche del domingo Maduro y el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Además, el oficialismo conquistó la gobernación de Zulia, cuya elección se repitió el domingo, sumándola a las 18 entidades ganadas -de un total de 23- en los comicios del pasado 15 de octubre.
La participación fue de 47,3% (9,1 millones de electores).
'No hay sorpresa, pero (el resultado) no refleja el mapa de preferencias políticas de Venezuela, en este caso por decisión opositora', opinó el analista Luis Vicente León.
Sin embargo, un triunfalista Maduro llamó a sus seguidores a 'prepararse para grandes victorias en 2018'.
Su intención de buscar un segundo período de seis años fue anunciada el pasado 29 de noviembre por el vicepresidente, Tareck El Aissami, confirmando un secreto a voces.
- Dividir al adversario -
Líderes opositores y analistas consideran que el mandatario socialista, con influencia en el poder electoral, planea adelantar las presidenciales al primer trimestre de 2018 y no esperar hasta fin de año, para cuando están previstas.
De ese modo buscaría aprovechar las divisiones en la coalición Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que se profundizaron a raíz de la derrota en las votaciones de gobernadores y del diálogo iniciado el 1 de diciembre en República Dominicana.
'Maduro va a insistir en la estrategia de adelantar lo máximo posible la elección presidencial para evitar que la oposición se reagrupe', comentó a la AFP el experto electoral Eugenio Martínez.
Tras superar protestas opositoras que entre abril y julio dejaron unos 125 muertos e instaurar una Asamblea Constituyente de plenos poderes, Maduro mejoró sus índices de aprobación, debilitados por una crisis económica que azota cada vez más fuerte.
Una encuesta de la firma Venebarómetro, realizada entre octubre y noviembre, señala que la popularidad del presidente subió de 24,4% a 31,1%.
En cambio, la evaluación negativa de la MUD aumentó de 46,1% a 65,7%.
Sin embargo, eso no sería suficiente para garantizarse un nuevo mandato, por lo que la estrategia del gobernante apunta a dividir aun más a su adversario y ampliar una base electoral estancada 'a punta de clientelismo', sostiene el politólogo Luis Salamanca.
'Maduro solo hará elecciones si la MUD va dividida, con varios candidatos, si ve que puede ganar', declaró Salamanca a la AFP.