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La pizza napolitana, el sombrero pintao de Panamá y el punto cubano aspiran a convertirse en Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, una distinción que contribuye a la supervivencia de estas expresiones transmitidas de generación en generación.

La decisión será tomada durante la reunión anual del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que se celebrará entre el 4 al 9 de diciembre en Corea del Sur.

Un total de 34 tradiciones o expresiones vivas, entre ellas cuatro latinoamericanas, pretenden ingresar en la prestigiosa lista representativa de la Unesco de patrimonio intangible, en la que figuran ya tradiciones como el tango, las Fallas de Valencia o la filosofía milenaria del yoga.

Italia, campeona del Patrimonio Material de la Humanidad, busca reforzar su presencia en las listas de la Unesco de expresiones inmateriales con uno de sus emblemas culinarios: la pizza napolitana.

Los italianos se han volcado a las redes sociales a defender la candidatura de este arte practicado actualmente en Nápoles por unos 3.000 'pizzaioli' y que según sus promotores 'desempeña un rol esencial en la vida social y en la transmisión entre generaciones'.

'Confiamos en nuestra candidatura porque es fuerte y su mensaje al mundo es claro. La victoria del arte del pizzaioli napolitano representaría el triunfo de una cultura artesanal auténtica', comentó en un comunicado Alfonso Pecoraro Scanio, presidente de la Fundación italiana ecologista UniVerde.

Si el resultado es positivo 'lo festejaremos regalando pizza en las calles', prometió por su parte Sergio Miccù, presidente de la asociación de pizzaioli napolitanos, contactado por la AFP.

Música, artesanías miniatura y folklore

Cuba, que en noviembre pasado celebró la consagración de la rumba como Patrimonio de la Humanidad, espera que el punto, otro género musical representativo de la isla caribeña, corra la misma suerte este año.

El punto cubano o guajiro, como también se le conoce, nació entre los españoles asentados en el siglo XVII en los campos. Interpretado con instrumentos de cuerda se enriqueció a través de los años con otros ritmos nacidos en Cuba como la guaracha y el son.

El comité de la Unesco examinará también la candidatura de Bolivia, que postuló este año a la tradicional feria de artesanías de la Alasita.

Esta feria se abre cada 24 de enero en el país andino. Durante un mes, miles de bolivianos compran todo tipo de artesanías en miniatura - casas, autos, dinero, electrodomésticos y títulos profesionales - que representan sus mayores anhelos, esperando que se hagan realidad.

Es también común que durante esta fiesta los bolivianos adquieran animales de yeso y metal, como sapos que representan la suerte, búhos que hacen referencia a la inteligencia o sabiduría, o gallos y gallinas para que los solteros consigan pareja.

Salvaguardia urgente

Panamá presentó por su parte la candidatura de una de las prendas más características de su folklore: el sombrero pintao. 'Esta es la primera candidatura de nuestro país, sería un reconocimiento extraordinario', destacó Emma Gómez, coordinadora del programa salvaguardia del Ministerio de Comercio e Industrias panameño.

Perú defenderá su sistema de Jueces de Agua de Corongo, una tradición indígena de cuidado comunal y de reparto equitativo del agua en el campo, basado en los principios de justicia y equidad, que se remonta a la época prehispánica.

En la categoría de patrimonio intangible cuya preservación requiere medidas urgentes, la Unesco examinará en esta XII edición la situación de los cantos de trabajo de llano colombovenezolanos.

Estos versos cantados a capela por hombres a caballo que arrean ganado están actualmente amenazada de desaparecer con la industria de la ganadería, pues en la actualidad los animales se transportan en camiones y el ordeño se mecaniza.

La Unesco recibe anualmente cientos de pedidos de los 175 Estados que ratificaron la convención, pero acepta considerar poco menos de 50. Sus expertos presentan recomendaciones favorables o desfavorables a un comité integrado por 24 países, que toma la decisión final.