La noticia saltó a la luz pública el 19 de noviembre pasado. En un chat de WhatsApp de agentes de la Policía de Madrid estaban circulando mensajes que incitaban abiertamente al asesinato y al odio, en particular contra la alcaldesa de la capital española, Manuela Carmena, y algunos políticos y periodistas considerados unos 'rojos de mierda'. El portal digital ‘eldiario.es’ divulgó la información en primicia y, desde entonces, ha estado prácticamente solo en el seguimiento periodístico del caso, que desde instancias gubernamentales, medios influyentes y sindicatos policiales se ha intentado minimizar, sin la menor crítica, como un 'hecho aislado'.
¿Qué decían los mensajes? Cosas como: 'Lo que es terrible de ella es que no estuviera en el despacho de Atocha cuando mataron a sus compañeros', en alusión a Carmena y una matanza en un despacho laboralista de Madrid en 1977, en plena Transición española, perpetrado por activistas de ultraderecha. 'Hija de la grandísima puta roja de mierda mal parida', responde un policía. Otro le desea a la alcaldesa una ‘muerte lenta y agónica’. 'No creo que merezca otra cosa ella y su equipo de gobierno'.
También se refieren los agentes a dos reconocidos periodistas de la cadena LaSexta, Ana Pastor y Antonio García Ferreras. 'Ojalá explote la sexta con todos ellos adentro y que ese día esté también Pablo Iglesias y Rufián', dice uno en referencia al líder de Podemos y un diputado del partido catalán independentista ERC. 'Pero que tengan una muerte lenta y agónica para que dé tiempo a que los entrevisten', añade un compañero.
Los mensajes no paran ahí. Un agente acompaña una foto de Adolfo Hitler con el siguiente texto: 'Este señor sí que sabía hacer las cosas, este señor es dios, ya estarían echando humo las chimeneas sin parar si estuviese al mando'. Y otro más apostilla: 'Esto es un señor, de los pies a la cabeza' y, tras colgar un emoticón con la leyenda 'el fascismo es alegría', pide 'borrar del mapa a los países islámicos'. Y otro se suma: 'Hay que comenzar con las cacerías (sic) de guarros. Panda de hijos de la gran puta, los moros y los que lo defienden'. Y uno más: 'Estamos donde debemos, en la calle. Matar es nuestro lema'.
Y así, de este tenor, se suceden los mensajes.
El Ayuntamiento de Madrid, gobernado por una coalición progresista encabezada por la independiente Carmena, ha procedido a retirar la placa y la pistola a tres agentes que ya ha identificado como autores de algunos de los textos, y un juez ha emprendido una investigación del caso.