El presidente egipcio Abdel Fatah Al Sisi prometió este viernes que el Estado responderá con 'fuerza brutal' a la masacre perpetrada por hombres armados en una mezquita del este del país, en la que murieron al menos 235 personas.
'Las fuerzas armadas y la policía vengarán a nuestros mártires y nos devolverán la seguridad y la estabilidad con fuerza en muy poco tiempo' declaró Sisi mediante un tono muy firme en una alocución televisada.
Una bomba estalló en la mezquita Rawda, a unos 40 km al oeste de El Arish, capital del Sinaí del Norte, antes de que los atacantes comenzaran a disparar contra las personas que asistían a la oración semanal, indicaron responsables.
La televisión estatal reportó al menos 235 muertos, un balance en constante evolución por este ataque que no tiene precedentes en los últimos cuatro años de rebelión de grupos yihadistas.
Desde 2013 y el derrocamiento del presidente islamista Mohamed Mursi, grupos yihadistas, entre ellos la rama egipcia del grupo Estado Islámico, mataron en el norte de la península del Sinaí a centenares de policías y soldados, así como civiles acusados de trabajar para las autoridades.
También atacaron a la rama sufí del islam sunita así como a cristianos.
Las víctimas del ataque del viernes son civiles y conscriptas que rezaban en la mezquita.
Un jefe tribal, así como de la milicia beduina que combate al grupo Estado Islámico dijo a la AFP que la mezquita es frecuentada por adeptos al sufismo.
El grupo EI adhiere a la visión puritana del salafismo y considera el sufismo como herético.
Los yihadistas secuestraron y decapitaron en el pasado a un líder sufí, y raptaron a adeptos del sufismo que luego liberaron tras haberse arrepentido.
El grupo mató a más de 100 cristianos con bombas y disparos en iglesias del Sinaí y otras partes de Egipto, obligándolos a huir de la península.
Las Fuerzas Armadas intentan terminar con los yihadistas que juraron fidelidad a EI en noviembre de 2014.