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Los funerales para despedir al fallecido rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, comenzaron este jueves, dando inicio a un largo rito para el cual se congregaron más de 200.000 personas en las calles. 

Su hijo y heredero, el rey Maha Vajiralongkorn, vestido con el uniforme de gala, se unió a los monjes budistas en el Gran Palacio antes del inicio de la procesión previa a la cremación, prevista para las 22H00.

El diez de octubre pasado, Tailandia se paralizó a las 15H52, hora exacta de la muerte hace un año del rey Bhumibol Adulyadej, para rendirle un solemne homenaje con elefantes incluidos, que contribuye al culto alimentado hábilmente por la junta militar en el poder.

En este día declarado festivo, miles de tailandeses vestidos de negro se congregaron cerca del palacio en la antigua capital Ayuttaya, al norte de Bangkok, donde los elefantes -símbolo de la monarquía- participaron también en la ceremonia.

Allí se conservan desde hace un año, rodeados de un impresionante ceremonial budista, los restos del hombre que reinó en Tailandia durante 70 años. 

'Quiero que se quede con nosotros para la eternidad', dice a al AFP Chalita U-sap, de 61 años, con los ojos enrojecidos por el llanto.

Cerca de allí, en un gran parque ahora cerrado al público, se ultimaban los preparativos para la incineración, prevista el 26 de octubre.

'No quiero que se realice la cremación, simplemente no lo puedo aceptar', se lamenta otra habitante de Bangkok, Kanokporn Chavasith.

En vida, el rey Bhumibol tenía un estatuto de semidios, tras décadas de un culto a la personalidad que lo presentaba como el padre de la nación, garante de la estabilidad de un país marcado por profundas divisiones políticas.

Estas se resumen en grandes líneas a una lucha entre los 'camisas amarillas' ultramonárquicos y los 'camisas rojas' que quieren hacer evolucionar una sociedad muy conservadora.

La monarquía es una cuestión tan importante en Tailandia que en nombre de su protección el ejército dio un golpe de Estado en mayo de 2014, mientras la salud del rey no dejaba de deteriorarse.