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El grupo Estado Islámico (EI) 'ejecutó a al menos 116 civiles' en una ciudad del centro de Siria antes de ser expulsado de allí, informó este lunes una oenegé, en un momento en el que los yihadistas apenas conservan un territorio reducido en el país.

La organización yihadista, objeto de varias ofensivas, perdió en los últimos meses sus principales bastiones en Siria y en el vecino Irak. Acaba de ser expulsada de Raqa, su 'capital' de facto en Siria y asiste al derrumbe de su 'califato' proclamado en las regiones conquistadas en 2014.

El grupo ultrarradical mantiene sin embargo su capacidad de hacer daño a través de los atentados o de las ejecuciones.

'En los 20 días en los que controló Al Qariatain, el EI ejecutó a al menos 116 civiles (...), tras haberlos acusado de colaboración con las tropas del régimen' de Bashar al Asad, dijo este lunes a la AFP Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).

Según él, los cadáveres fueron 'hallados en las calles, en las casas y en otros lugares' por habitantes que regresaron a esa ciudad reconquistada el sábado por el ejército sirio y sus aliados.

'Algunos fueron ejecutados con una arma blanca, otros por bala', añadió el responsable de esa oenegé, que dispone de una extensa red de colaboradores en Siria.

La gran mayoría de las víctimas murieron en los dos días previos a la expulsión del EI de Al Qariatain, en la provincia de Homs, según el OSDH.

Ofensivas distintas

El EI conquistó por primera vez esa localidad en agosto de 2015, antes de ser expulsado menos de un año después.

La organización yihadista volvió a tomar el 1 de octubre Al Qariatain, una ciudad que alberga una minoría cristiana y varias iglesias, hasta el pasado sábado.

Con la reciente pérdida de Raqa, el último feudo del EI en Siria se encuentra a orillas del Éufrates, en la provincia oriental de Deir Ezzor, de la que controla un 40% del territorio. Esa zona petrolera estaba casi totalmente en su poder hace apenas unos meses.

El último bastión urbano del EI en Siria es la ciudad de Bukamal, situada también en la provincia de Deir Ezzor, donde afronta dos ofensivas distintas: una llevada a cabo por el régimen sirio y su aliado ruso, y la otra lanzada por las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza kurdoárabe respaldada por Estados Unidos.

Según el OSDH, el EI controla por otra parte unos pocos barrios de la ciudad de Deir Ezzor, capital de la provincia homónima, que tenía más de 100.000 habitantes antes del inicio de la guerra en Siria en 2011.

En el resto de Siria, el grupo conserva el control de varios pueblos de la provincia de Hama (centro) recapturados y partes del campo de refugiados palestinos de Yarmuk, en el sur de Damasco. Por último, en el sur del país, un grupúsculo que juró lealtad al EI, el Ejército Jaled ben al Walid, sigue activo.