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Las tareas de rescate continuaban sin descanso el miércoles en la capital y estados centrales de México en medio del drama y el caos, en busca de sobrevivientes entre los escombros de edificios colapsados tras un devastador sismo que dejaba más de 230 muertos, entre ellos 21 niños en una escuela derrumbada.

Del total de fallecidos, 100 eran de Ciudad de México, incluyendo a los niños de la escuela; 69 del estado de Morelos, 43 de Puebla, 13 de Estado de México, 4 de Guerrero y 1 de Oaxaca, dijo Luis Felipe Puente, jefe nacional de Protección Civil a la cadena Televisa.

Gran parte de los capitalinos no durmieron, temerosos de una fuerte réplica y pendientes de los rescates en la cuarentena de edificios colapsados en Ciudad de México, que el 19 de septiembre de 1985 quedó parcialmente destruida por un sismo de 8,1 grados que dejó más de 10.000 muertos.

Los rescates se centran en la zona sur y en el corredor Roma-Condesa, exclusivo sector conocido por sus bares y restaurantes y donde viven numerosos extranjeros.

En los estados de Puebla y Morelos, donde se ubicó el epicentro del sismo ocurrido a las 13H14 locales del martes, también continúan las tareas de rescate en viviendas y construcciones destruidas.

Una nube de polvo

En la capital, el epicentro de la tragedia era el derrumbe de la escuela Enrique Rebsamen, localizada en el extremo sur.

'Tenemos 26 muertos, de los cuales 5 son adultos y 21 niños (...) el número de personas atrapadas oscila entre 30 y 40', dijo a la cadena Televisa José Luis Vergara oficial mayor de la Armada de Guerra, quien coordina las tareas.

Militares, apoyados por civiles y rescatistas, trabajan bajo la luz de generadores, pero la búsqueda es complicada debido a que la escuela, que de tres pisos se redujo a uno, amenaza con colapsar por completo.

'Se vino una nube de polvo cuando se colapsó una parte del edificio totalmente. Nos tuvimos que resguardar en nuestros salones hasta que pasara el temblor', dijo a Televisa María del Pilar Martí, profesora de la escuela.

'Aparentemente hay otros nueve cadáveres localizados' entre los escombros, y 'parece que están a salvo unos veinte niños con una maestra, al interior de un salón', dijo a la AFP uno de los rescatistas, bajo condición de anonimato, tras bajar de la inmensa montaña de ruinas.

Alrededor, tropas de ciudadanos voluntarios se organizaban para transportar, a través de una cadena humana, canastos repletos de botellas de agua hasta los rescatistas. Una vez vaciados, esos canastos regresaban llenos de escombros.