Luciendo sombreros con plumas, flores en la solapa, zapatos de charol y coloridos pantalones de tirantes con leontina, los pachucos bailan al ritmo del mambo en legendarios salones de México, manteniendo viva una subcultura de pandillas que nació en Estados Unidos en los 1930.
En ese entonces, se vivía un racismo sin tapujos en Estados Unidos: muchos restaurantes prohibían la entrada 'a perros, negros y mexicanos', mientras los blancos tenían preferencia para sentarse en autobuses.
Indignados, mexicanos radicados en suelo estadounidense organizaron 'un protomovimiento de resistencia social y cultural', cuyos miembros se autodenominaron pachucos, explica a la AFP Manuel Valenzuela, sociólogo investigador del Colegio de la Frontera Norte.
Protagonistas de enfrentamientos contra policías y soldados estadounidenses que dejaron masivas detenciones hacia 1943, los pachucos hablaban 'spanglish' y vestían el excéntrico zoot suit: traje de saco holgado hasta la rodilla y pantalones bombachos de pinzas, describe el experto.
'Ahora, ser pachuco ya es hacer cultura porque estás llevando lo que fue antes, para que no se pierda esa tradición', asegura Ricardo Zamorano, alias 'Pachuco For Ever', quien a sus 55 años viste orgulloso en Ciudad de México su zoot suit al estilo más clásico -con sombrero, tirantes, leontina y zapatos oxford-, aunque este atuendo estilo gánster ya no sea sinónimo de revueltas rebeldes.
Las pandillas de pachucos que controlaron barrios de la frontera mexicano-estadounidense se desvanecieron, pero en los 1960 heredaron algo de su estilo a los 'cholos', otra tribu urbana, e incluso a la actual Mara Salvatrucha, comenta Valenzuela.