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La familia del periodista Cándido Ríos, asesinado el martes a balazos, exigió ayer una investigación completa a la justicia de México, donde suman 10 comunicadores ultimados en 2017, pero el gobierno presume que el crimen 'estaba dirigido a otra persona'.

Ríos, de 55 años, fue baleado junto con un ex jefe policíaco y su guardia de seguridad. 'Pido justicia, que se investigue bien', dijo a la prensa Hilda Nieves Martínez, esposa de Cándido, durante el velorio realizado en su casa.

Pero a menos de 24 horas del crimen y sin que las autoridades estatales hayan concluido una investigación, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Interior), Roberto Campa, insinuó que Cándido fue asesinado por un error de cálculo.

El crimen 'no tiene que ver con el análisis de riesgo del periodista, tiene que ver con otros riesgos vinculados con las personas que perdieron la vida en el evento de ayer' (martes) junto con Cándido Ríos, indicó Campa.

Más de un centenar de comunicadores han sido asesinados en México desde 2000, y se ha vuelto costumbre que la autoridad, sin mediar mayor investigación, achaque el crimen a cualquier motivo ajeno al trabajo periodístico.