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Casi tres décadas después del fin de la dictadura de Augusto Pinochet, las Fuerzas Armadas chilenas siguen manteniendo sus privilegios, entre éstos el que les otorga el 10% de la venta del cobre, equivalente a más de 20.400 millones de dólares desde 1990.

El aura de intocables que les otorgó Pinochet se ha empezado a resquebrajar con sonados casos de corrupción, empañando la imagen de probidad que de ellas tenían políticos y población. Primero, el llamado ‘Milicogate’ –que investiga desde hace año y medio a una red de uniformados y civiles por apropiación indebida de parte de los millonarios fondos del cobre- y luego el destape del ‘Pacogate’, que reveló en octubre pasado el mayor fraude en la historia de la Policía chilena con más de 100 implicados.

En las últimas semanas, las críticas arreciaron tras la revelación de las millonarias pensiones de invalidez que reciben exmiembros de las Fuerzas Armadas, entre ellos, el hijo mayor de Pinochet, quien cobra desde hace 40 años una pensión de invalidez de 1.400 dólares mensuales, pese a que trabajó solo 8 años en el ejército.

'Es tiempo de que nuestra democracia demuestre su robustez y termine con estos enclaves antidemocráticos' denunció a la AFP el diputado socialista Leonardo Soto. Las Fuerzas Armadas gobernaron Chile con mano de hierro por 17 años (1973-1990) en los que hubo más de 3.200 muertos y desaparecidos.