Decepción, rabia, impotencia e incertidumbre: los venezolanos opositores aún no daban crédito a los resultados de la elección de una polémica Asamblea Constituyente, que los chavistas aplauden en medio de un tenso escenario de protestas.
Más de ocho millones de personas eligieron el domingo a los 545 responsables de redactar una nueva Constitución venezolana. Pero la oposición no reconoció los resultados y denunció un 'fraude' para que el mandatario se perpetúe en el poder.
'¡Que Dios nos agarre confesados!', lanzó una señora cruzando una calle en Caracas. 'Esto fue un descaro', comentaban unas amigas. '¿Y dónde están celebrando sus ocho millones? Yo no los veo', lanzó irónica otra muchacha.
La capital venezolana amaneció entre las bocinas y el ruido de los motores. No se escuchaban consignas, silbatos o gritos de protesta. Algunos tomaban café en una panadería, otros paseaban al perro.
William Noguera barría los desechos que bloquearon por estos días una avenida de Caracas y en la que aún quedaban las cenizas de la basura quemada.
'Más tarde la vuelven a trancar', bromeó este barrendero de 63 años en el acomodado barrio de los Palos Grandes, punto neurálgico de las manifestaciones contra el presidente Nicolás Maduro, que en cuatro meses dejan unos 125 muertos.
Ese resultado 'no se lo cree nadie', aseguró Alfredo Quiñones, un abogado de 57 años, hablando con sus vecinos en el quiosco de la esquina.
'Sin duda es el mayor fraude de la historia', insistió Iván Hidalgo, un médico de 60 años.
La teoría que el opositor de a pie maneja es que el chavismo buscó un número que superara los 7,6 millones de votos del plebiscito simbólico contra el proceso del 16 de julio.
'Aquí lo que hay es hambre mijo', zanjó Gladis Villarroel, de 85 años, mientras comentaba los resultados en una de las habituales filas para comprar comida: '¡Eso es mentira!', sentenció.
Antonio Soto, 67, dijo que amaneció 'con una combinación de frustración y rabia'.
'No podemos aceptar como nación civilizada que nos impongan una dictadura de principios del siglo XX, absolutista', indicó preocupado por 'la incertidumbre' en la que ahora entra el país con una Constituyente 'sin reglas del juego claras'.
La oposición convocó a nuevas manifestaciones para. Una joven de la llamada 'resistencia', el ala más radical en las protestas, admitió que despertó con 'un poquito de tristeza y decepción'.
'Pero hoy seguimos tomando las calles... la única lucha que se pierde es la que se abandona'.