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Cuando regresó a Washington diagnosticado de cáncer cerebral fue recibido como un héroe, sobre todo por Donald Trump, pero John McCain sigue siendo la espina eterna del presidente republicano, y ha salvado Obamacare votando con los demócratas.

A última hora de la noche del jueves, cuando la Cámara alta del Congreso estaba a punto de votar una 'derogación de mínimas' de la reforma sanitaria de Obama, el vicepresidente Mike Pence, también presidente del Senado, se reunió durante diez minutos con el octogenario para intentar hacerle cambiar de opinión por última vez.

Esfuerzo inútil. A las 01H29 de la mañana, McCain se adelantó y tendió la mano. Tras haber hecho durar el suspense un instante, como un emperador romano que ostenta el poder de salvar la vida de un gladiador en la arena, la sentencia cayó: el pulgar señaló hacia abajo: 'No'.