El socialista Lenín Moreno ganó la elección presidencial del domingo en Ecuador, pero el candidato opositor de derecha Guillermo Lasso calificó de 'pretensiones de fraude' los resultados y anunció que los 'impugnará'.
Este triunfo del delfín del carismático presidente saliente Rafael Correa supone un espaldarazo a la izquierda latinoamericana --golpeada tras el giro a la derecha en Brasil, Argentina y Perú-- y un respiro para el fundador de Wikileaks, Julian Assange.
'Esto recién comienza. De aquí en adelante todos a trabajar por el país, por nuestro amado Ecuador ¡Lo haremos en paz y armonía!', exclamó al celebrar su victoria en el norte de Quito Moreno, quien sufre una paraplejia por un disparo que recibió al ser asaltado en 1998.
Con un 98,02% de los votos escrutados por el Consejo Nacional Electoral, el candidato por el movimiento socialista Alianza País (AP), obtenía un 51,14% de los votos válidos, frente al 48,86% del opositor exbanquero de derecha Guillermo Lasso, de Creando Oportunidades (CREO).
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Tras el cierre de los colegios electorales, dos encuestadoras difundieron encuestas a boca de urna con resultados opuestos y ambos candidatos se adjudicaron la victoria, sembrando la incertidumbre en el país.
Pero a medida que avanzaban los resultados oficiales parciales que le daban como perdedor por un estrecho margen, el opositor Lasso, expresidente del Banco de Guayaquil, denunció 'pretensiones de fraude' y anunció que los asesores legales de su candidatura 'presentarán en el menor tiempo posible todas las objeciones' ante eventuales irregularidades en las elecciones.
Y mientras sus partidarios se manifestaban en la sede quiteña del Consejo Nacional Electoral (CNE) y en otras ciudades, con leves escaramuzas, para exigir transparencia en el conteo, Moreno, el exvicepresidente cuyo estilo conciliador que contrasta con el temperamental Correa, se dirigió a sus enardecidos simpatizantes frente a la sede quiteña de su formación.