El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, anunció este jueves la ampliación de un programa que busca deportar tan pronto como salgan de la cárcel a los inmigrantes que cumplen condena en alguno de los presidios dirigidos por el Gobierno federal.
Según indicó el Departamento de Justicia en un comunicado, ahora, los jueces de inmigración irán a los presidios para iniciar los procesos de deportación de los inmigrantes, en vez de que los inmigrantes acudan a las audiencias en las instalaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Este cambio busca 'ahorrar tiempo y recursos y acelerar las audiencias', según el Departamento de Justicia.
'Se lo debemos al pueblo estadounidense, debemos asegurarnos de que los inmigrantes ilegales que han sido condenados por crímenes y que están cumpliendo condena en nuestras prisiones federales son expulsados rápidamente de nuestro país, como la ley establece', dijo Sessions en un comunicado.
Según añadió Sessions, la ampliación y modernización del llamado Programa de Audiencias Institucionales (IHP, por su sigla en inglés) dará a las autoridades las herramientas necesarias para asegurarse de que los estadounidenses están 'a salvo'.
El Programa de Audiencias Institucionales, aprobado por el Congreso en 1986, tiene como objetivo deportar lo antes posible a los inmigrantes que salen de prisión, sin importar si son indocumentados o si tienen algún permiso de residencia para vivir legalmente en Estados Unidos.
Este programa se basa en la celebración de audiencias, en persona o por videoconferencia, para que un juez decida si un inmigrante debe o no ser deportado.
Según estadísticas del Buró Federal de Prisiones de Estados Unidos, un 20 % de los presos son ciudadanos extranjeros, de los que la mayoría (un 14,2 %) son mexicanos.
A los mexicanos les siguen los colombianos y dominicanos, que en ambos casos constituyen un 0,9 % de la población carcelaria, y luego figuran los reclusos cubanos, que suman el 0,7 %.