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Los mandatarios de Alemania, Francia, Italia y España plasmaron este lunes en Versalles su apuesta por una Europa con diferentes grados de integración en un contexto de debate sobre el futuro de un bloque debilitado tras el Brexit.

'La unidad no es la uniformidad', subrayó el francés François Hollande, anfitrión de esta cumbre celebrada en el famoso Palacio de Versalles, una antigua residencia real entre cuyas paredes se firmó en 1919 el fin de la Primera Guerra Mundial.

En este 6 de marzo de 2017, Versalles fue el escenario escogido por los dirigentes de las cuatro principales economías de la zona euro para expresar su deseo por avanzar más rápido en la integración europea, incluso si solo lo lleva a cabo un determinado número de países del bloque.

Los europeos deben 'tener el coraje de aceptar que algunos países avanzan más rápidamente que los otros', sin que esto signifique cerrar la puerta a aquellos que 'se retrasaron', urgió la canciller alemana, Angela Merkel.