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El Gobierno alemán reaccionó el lunes por las acusaciones de 'prácticas nazis' que lanzó el presidente turco Recep Tayyip Erdogan tras la prohibición de mítines electorales en Alemania a favor de la reforma constitucional turca.

En la última semana, varios alcaldes alemanes anularon eventos electorales en los que debían participar ministros turcos. Las autoridades locales justificaron la medida alegando dificultades logísticas.

Y ayer, la policía anunció la cancelación de otro mitin pro-Erdogan en Hamburgo aduciendo que la sala prevista para el discurso del ministro turco de Relaciones Exteriores, Mevlüt Cavusoglu, el martes, tenía 'fallas en el sistema antiincendios'.

Aunque el Gobierno alemán ha repetido que esas decisiones no le incumben y que se trata de temas de competencia municipal, Ankara ha acusado a Berlín de hacer campaña contra el presidente turco. 'Se trata de una presión sistemática (...) tomaremos las medidas necesarias, no tenemos miedo de nadie', proclamó Cavusoglu, según la agencia Anadolu.