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El candidato oficialista de izquierda Lenín Moreno seguía acercándose este lunes a una victoria en primera vuelta en las elecciones presidenciales más reñidas de los últimos años en Ecuador.

El exvicepresidente Moreno, del movimiento socialista Alianza País, llegaba a un 39,09% de los sufragios válidos, frente a 28,28% del exbanquero conservador Guillermo Lasso, tras el conteo del 87,59% de las actas.

'El escenario que me parece completamente probable es que rebasemos ese 40% que necesitamos. Y el otro es que logremos una diferencia de más de 11 puntos con el segundo puesto y que no nos toque ir a una segunda vuelta', prevista para el próximo 2 de abril, dijo este candidato de 63 años a sus simpatizantes, concentrados frente a la sede de su formación.

'Esta es una lucha de largo aliento, porque esta batalla la vamos a ganar', añadió Moreno, quien de confirmarse su victoria, se convertiría en el primer ecuatoriano con discapacidad en asumir la jefatura de Estado, ya que sufre una paraplejia consecuencia de un disparo en un asalto en 1998.

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Este aspirante a suceder al presidente saliente Rafael Correa dijo que todavía faltaba por contar gran parte de la poblada provincia de Manabí, el feudo del correísmo severamente golpeado por el terremoto de abril, y los votos del exterior, donde también cuenta con holgada mayoría.

Cientos de seguidores de Lasso, animados ante la posibilidad del segundo turno -donde podría trabar alianzas con el resto de los opositores-, se concentraron frente a la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Quito en una vigilia para exigir transparencia en el escrutinio.

A medida que el recuento iba avanzando con extrema lentitud a favor de Moreno, los opositores, entre ellos el candidato a vicepresidente de Lasso, Andrés Páez, denunciaban a gritos la existencia de fraude.

En su último comunicado del domingo, el presidente del ente electoral desmintió cualquier irregularidad y dijo que el conteo seguirá desarrollándose en la web y que dará una rueda de prensa durante la mañana del lunes, con los resultados definitivos.

Desgaste

Los analistas siempre advirtieron que iba a ser duro llevar al correísmo a segunda vuelta, cuando cuenta con una base de 30% de sólido apoyo en el país.

'Estos 10 años han sido una muestra para que vean el progreso del país, aunque mucha gente no quiera ver lo que tenemos ante nosotros', señaló Nora Molina, una empleada pública de 53 años.

Pero más allá de que gane Moreno en primer vuelta, el oficialismo ha sufrido una contundente pérdida de votos en relación a las presidenciales del 2009 y 2013, debido a la ausencia de Correa, una delicada situación económica y la corrupción que ensombreció la campaña.

Los resultados aún no permiten confirmar si el correísmo mantendrá la mayoría de dos tercios en el Legislativo.

'Antes Correa ganaba por más del 50%, por la bonanza que había en ese momento. La gente sentía que vivía mejor, pero eso ya no es así', dijo a la AFP el economista Alberto Acosta-Burneo, consultor del Grupo Spurrier.

Según el gobierno, el deterioro de la economía se debe a factores externos como la debacle petrolera, la devaluación de monedas vecinas, el fortalecimiento del dólar o los costos del terremoto del pasado abril.

Moreno, cuyo estilo conciliador contrasta con el temperamental Correa, representa el continuismo de un sistema que combina un disparado gasto social con altos impuestos y elevado endeudamiento.

La corrupción, que está salpicando a políticos de la región, también se fue instalando poco a poco como tema en la campaña.

Con casos como el de la petrolera estatal Petroecuador, que implicó a un exministro de Correa, y el de los supuestos sobornos de la firma brasileña Odebrecht a funcionarios ecuatorianos, por unos 33,5 millones de dólares.

Assange y la izquierda

El resultado de estas elecciones será decisivo para el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012 para evitar su extradición a Suecia por supuestos delitos sexuales que él niega.

Moreno es partidario de mantener el asilo, pero Lasso dijo a la AFP que, de llegar al poder, se lo retirará.

Y la elección podría dar un alivio a la izquierda latinoamericana, muy golpeada en la región tras el giro en Argentina, Brasil y Perú.

De esa manera, los ecuatorianos podrían frenar lo que Correa define como una 'restauración conservadora' en la región.