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Rusia acusó este lunes a Estados Unidos de matar en un bombardeo a más de una veintena de civiles en una localidad de la provincia siria de Idleb, pese al alto el fuego en vigor desde el pasado 30 de diciembre.

'El último ejemplo es el ataque perpetrado el 3 de enero por un bombardeo B-52, sin conocimiento de la parte rusa, contra la localidad de Sarmada, en la provincia de Idleb', dijo Valeri Guerásimov, jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, en una reunión del Ministerio de Defensa.

El general ruso, que precisó que esa localidad se había sumado a la tregua, aseguró que 'como resultado del ataque murieron más de 20 civiles', según medios locales.

Aseguró que la coalición occidental encabezada por EEUU apenas ha contribuido a la lucha contra el terrorismo en el país árabe, pero ha causado 'un significativo número de víctimas entre la población civil y las fuerzas gubernamentales'.

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Al respecto, recordó que en septiembre pasado la aviación norteamericana también atacó una columna del Ejército sirio en Deir al Zur, matando a 90 soldados, lo que permitió al Estado Islámico lanzar una contraofensiva.

Guerásimov estimó en casi 1.100 las localidades sirias que ya han secundado el alto el fuego y en más de 9.000 los combatientes que han depuesto las armas.

Rusia ha destacado que las violaciones del alto el fuego se han reducido gradualmente desde el 30 de diciembre, pero el Centro de Reconciliación Ruso en Siria sigue registrando entre diez y veinte casos diariamente.

Con todo, el Kremlin informó hoy de que siguen las consultas para la celebración de una nueva ronda de negociaciones de paz entre el régimen de Bachar al Asad y la oposición armada en Astaná para el arreglo pacífico del conflicto.