Brasil recibió el verano austral en alerta por la posibilidad de que, tras la epidemia histórica de dengue en 2015 y la emergencia sanitaria provocada por el zika en 2016, el número de casos de chikunguña se salga de control en 2017.
'Los datos que tenemos indican que este será el verano de la chikunguña. La población está muy inmunizada para los tipos de dengue que circulan en el país y quedó inmunizada y prevenida contra el zika, pero no está preparada para el chikunguña', dijo a Efe el subsecretario de Vigilancia de la Secretaría de Salud del estado de Río de Janeiro, Alexandre Chieppe.
Las tres enfermedades son transmitidas por el Aedes aegypti, un mosquito cuya población se multiplica con la llegada del verano austral, que le ofrece condiciones propicias para su reproducción.