Al menos tres milicianos árabes suníes murieron en un ataque del grupo terrorista Estado Islámico (EI) en la provincia septentrional iraquí de Nínive, mientras que dos civiles perdieron la vida por el estallido de una bomba.
Un responsable de la milicia Guardianes de Nínive, Yamal al Tai, informó a Efe de que los tres paramilitares fallecieron cuando esta organización repelió una agresión del EI en el norte de Mosul, capital de Nínive.
En el ataque también resultaron heridos tres miembros de los Guardianes de Nínive, que lograron capturar a dos yihadistas que entregaron al Ejército iraquí tras los enfrentamientos.
Por último, Al Tai destacó que esta milicia ayudó a las tropas iraquíes a liberar hace tiempo varias aldeas en el frente septentrional de Mosul y recientemente también las poblaciones de Al Abasiya, Al Salam y Urtah Jerab, situadas en la región de Al Shalalat, al norte de Mosul.
Los Guardianes de Nínive, que anteriormente se denominaban Multitud Nacional de Nínive, fue creada hace dos años por el antiguo gobernador de la provincia de Nínive, Azil al Noyeifi, y recibieron formación militar en los campamentos de Duberdan y Zilkan, con instructores turcos.
El concejal de Nínive Gazuan al Daudi informó de que otro edil de la comarca y de la ciudad de Mosul, Hazr Hasan Baluleh, y uno de sus escoltas murieron por el estallido de una bomba en una vivienda de la comarca de Bahiqa, al noreste de Mosul.
Baluleh y el escolta evaluaban los daños registrados durante los combates que consiguieron la expulsión del EI de Bashiqa hace unas semanas cuando, en el momento en el que entraban en una casa, explotó un artefacto.
Al Daudi advirtió de que todavía hay cientos de bombas escondidas por el EI en diversos lugares de Bashiqa.