Los servicios secretos de la policía francesa detuvieron el fin de semana a siete presuntos yihadistas en Estrasburgo y Marsella, en operaciones que permitieron abortar un atentado terrorista, indicó ayer el ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve.
Los sospechosos, de entre 29 y 37 años, son de nacionalidad francesa, marroquí y afgana, añadió Cazeneuve. Seis de ellos no estaban fichados por los servicios de inteligencia, mientras que las autoridades francesas habían sido alertadas por 'un país socio' sobre el séptimo, un marroquí.
La investigación de la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI) se inició hace más de ocho meses y condujo el pasado 14 de junio, con la detención de otros cinco sospechosos, dos de los cuales fueron encarcelados.
Cazeneuve dijo que la intervención ha abortado 'una acción terrorista prevista desde hace tiempo' contra Francia.
La investigación abierta hace unos días por la Fiscalía antiterrorista permitirá conocer si los sospechosos planeaban un atentado coordinado contra varios lugares del país.
Previo a Navidad. Los arrestos en Estrasburgo se produjeron a menos de una semana de que se abra el mercado de Navidad de la capital alsaciana, el más famoso de toda Francia, que ya fue objeto de una tentativa de ataque en 2000.
El alcalde de esa ciudad, Roland Ries, precisó 'que ese mercado' no estaba en el punto de mira y no va a ser anulado.
El presidente francés, François Hollande, consideró que los agentes de seguridad han vuelto a demostrar su eficacia y saludó la labor de todos los servicios estatales centrados en la lucha antiterrorista.
El Gobierno francés ha repetido en los últimos días que el nivel de amenaza justifica que el estado de emergencia (en vigor desde la noche del 13-N de 2015) sea prolongado al menos hasta las elecciones presidenciales de 2017.