Miles de damnificados tras los sismos que han azotado el centro de Italia permanecen en campamentos y en centros asistidos a la espera de ser reubicados mientras las labores de retirada de escombros continúan en los municipios afectados.
La tierra no deja de temblar y el Instituto Nacional de Geología y Vulcanología ha registrado más de 1.100 movimientos sísmicos desde el pasado 30 de octubre, cuando un terremoto de 6,5 grados en la escala de Richter -el más potente en Italia desde 1980- causó nuevos derrumbes en localidades ya severamente dañadas en el centro del país.
Los miles de desalojados se reparten en el territorio, algunos permanecen en campamentos o instalaciones habilitadas, otros han sido trasladados a residencias de la costa, o han preferido alojarse con sus familiares y hay quien no quiere abandonar sus localidades y pasa las noches en tiendas de campaña o en coches.
En estos momentos, más de 15.000 personas, según datos de Protección Civil, permanecen en campamentos, instalaciones y centros ubicados en zonas consideradas seguras.
Sin embargo, aunque no hay cifras oficiales respecto al total de personas que han abandonado sus hogares en las regiones de Umbría y Las Marcas, los medios se hacen eco de declaraciones de responsables locales de Protección Civil que las cifran en unas cien mil.
El principal problema al que se enfrentan es el miedo y la angustia porque 'los temblores de la tierra no cesan', reveló este martes el portavoz de la Cruz Roja en Italia, Tommaso Della Longa.
'Para la población afectada digamos que el mayor problema es el miedo, aunque también la angustia, porque los temblores de la tierra no cesan, prácticamente cada hora se sienten nuevas sacudidas', dijo.
Por ello, los servicios de Protección Civil y de Cruz Roja proporcionan diariamente a las poblaciones afectadas apoyo psicológico que les ayude a superar el trauma, además de comida, bebida, mantas y atención sanitaria.
El corazón de Italia ha sufrido una 'herida profunda', tal y como ha descrito la situación recientemente el primer ministro italiano, Matteo Renzi.
Desde el pasado 26 de octubre, varios seismos de diversa magnitud han asolado el centro de Italia provocando que construcciones se hayan venido abajo o hayan quedado severamente dañadas en localidades como Norcia, Cascia, Ussita, Castelsantangelo, Preci, Camerino o Visso, en las regiones de Umbría y Las Marcas.
Pero no solo en estas zonas, también han provocado mayores daños en municipios como Amatrice, Arquata del Tronto o Accumoli que ya presentaban una imagen desoladora desde el pasado 24 de agosto, cuando un terremoto de 6 grados las golpeó y causó la muerte a 297 personas.