La Guardia Nacional de EEUU se desplegó ayer en Charlotte (Carolina del Norte) para evitar nuevos disturbios tras la muerte de un hombre negro por disparos de un policía local, mientras avanza una investigación de ese hecho por parte de las autoridades estatales.
Efectivos de la Guardia Nacional y agentes de la Patrulla de Carreteras llegaron a Charlotte para mantener el orden en una ciudad bajo estado de emergencia, donde el miércoles una persona resultó herida de gravedad en las protestas por la muerte de Keith Lamont Scott, ocurrida la víspera.
A pesar de la presión pública, de los medios de comunicación y grupos de defensa de los derechos civiles, el jefe de la Policía de Charlotte-Mecklenburg, Kerr Putney, rechazó publicar las imágenes del video del incidente en el que el agente Brentley Vinson disparó contra Scott.
Si bien el video podría ser clave para resolver la brecha entre la versión policial de que Scott se negó a dejar caer una pistola que supuestamente empuñaba y los testigos que aseguran que el hombre estaba desarmado, Putney afirmó que no sería 'apropiado presentar las imágenes del peor día de la víctima para el consumo público'.
Los abogados de la víctima dijeron en una conferencia de prensa que las autoridades les han asegurado que ellos sí podrán ver las imágenes, aunque Putney ya adelantó que el video no proporcionará 'evidencia visual definitiva', pues no se aprecia con claridad si Scott apuntaba con un arma a los agentes en el momento de ser abatido.
Más disturbios
Mientras, parece que los ánimos no se han calmado y grupos de protestantes y activistas convocaron nuevas manifestaciones para anoche a través de las redes sociales.
Para evitar que se repitan las escenas de batalla campal en la ciudad, Putney dijo que utilizarán una nueva estrategia más severa y 'proactiva' para proteger los inmuebles e impedir desmanes como los que ayer acabaron con 44 detenidos y 9 civiles heridos.
La Policía tuvo que utilizar gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, entre los que supuestamente estaba la persona que fue herida de bala y trasladada a un hospital en condición crítica.
Por ahora, el jefe policial descartó que se vaya a imponer el toque de queda en la ciudad, aunque las autoridades reconocieron que es una medida que todavía sigue sobre la mesa.
La violenta protesta del miércoles, explicó la alcaldesa Jennifer Roberts, arrancó después de que personas se sumaran a una vigilia que se había mantenido 'pacífica' y comenzaron a bloquear calles.
Por ello, Roberts pidió que las protestas a partir de ahora se desarrollen en paz para que así la calma vuelva a la ciudad.
Coincidió con la alcaldesa la esposa de Scott, Rakeyia, quien pidió en un comunicado que las protestas y manifestaciones sean pacíficas.
Rakeyia solicitó que no se ataque a las fuerzas del orden después de que los enfrentamientos de las dos últimas noches provocaran numerosos heridos.
Por su parte, el gobernador del estado, Pat McCrory, que visitó ayer a dos agentes heridos durante las protestas, confirmó su respaldo a Putney y dijo que no dudó al firmar el estado de emergencia, pues es su obligación 'mantener seguros a los ciudadanos'.
'Estoy consternada por lo que pasó. No había visto nada parecido en Charlotte', dijo a Efe una mujer mayor que siguió atónita por televisión lo ocurrido en el centro de la ciudad en las dos últimas noches.