La cumbre de líderes del G20 constató ayer el agotamiento de los estímulos monetarios y empezó a configurar la que debe ser su nueva etapa como principal foro de coordinación económica internacional, orientada hacia las políticas a largo plazo.
Hangzhou fue escenario a lo largo de los últimos tres días de una intensa actividad, tanto dentro de la cumbre como en los márgenes, que terminó sin grandes novedades en el frente económico y con la ratificación por parte de EEUU y China del acuerdo sobre el cambio climático de París, el sábado, como mayor resultado tangible.
La guerra de Siria dominó las reuniones que transcurrieron en paralelo a las sesiones oficiales, pero finalmente los jefes diplomáticos de EEUU y Rusia, John Kerry y Serguéi Lavrov, fueron incapaces de llegar a un acuerdo para un alto el fuego.
El anuncio inicial del fracaso de las negociaciones fue matizándose a medida que avanzó la jornada y ambas partes dieron margen a la esperanza al comprometerse a continuar con las discusiones en busca de ese pacto en los próximos días.
Otro de los implicados en el conflicto, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, incluso se atrevió, en rueda de prensa, a poner fecha a un hipotético inicio de la tregua en la zona de Alepo: la festividad musulmana de Eid al-Adha, que arranca la próxima semana.
Erdogan afirmó también que el G20 'ha suspendido el examen' de la gestión de la crisis de refugiados que se propuso el año pasado, durante la cumbre que organizó su país en Antalya, y lamentó que 'ningún país ha dado pasos completos a ese respecto'.
Los líderes reconocieron, en la declaración final publicada al final de la cumbre, que esta crisis ha llegado a niveles 'históricos' con 65 millones de desplazados en todo el mundo y que es un problema mundial que requerirá 'esfuerzos globales' para afrontar sus causas y consecuencias.
A la estela de EEUU y China, las principales economías desarrolladas y emergentes del planeta decidieron 'hacer esfuerzos para una pronta entrada en vigor e implementación' del acuerdo para combatir el cambio climático alcanzado en la conferencia de París (COP21) de noviembre pasado.
El grueso de la declaración final, en todo caso, estuvo dedicado a la adopción de medidas de carácter económico, con especial énfasis en el impulso del crecimiento global, la gran prioridad del país anfitrión, China, en esta cumbre.
Los líderes del G20 llegaron a Hangzhou alertados por el Fondo Monetario Internacional (FMI) de la necesidad de tomar medidas para relanzar la economía global y se van de la cumbre reconociendo que las políticas monetarias están llegando a sus límites y que hay que complementarlas con medidas fiscales y reformas estructurales.
Sin acuerdo sobre Siria
Los presidentes de EEUU, Barack Obama, y de Rusia, Vladimir Putin, urgieron a que sus delegaciones continúen las negociaciones para lograr un alto el fuego en Siria que permita aumentar el envío de ayuda humanitaria. Obama y Putin estuvieron reunidos durante 90 minutos, un lapso más prolongado que el de otros encuentros mantenidos entre líderes en los márgenes de la cumbre del G20 en Hangzhou, en China.