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Las Misioneras de la Caridad celebraron este domingo la canonización de la fundadora de su orden, la madre Teresa, con dos sencillas misas en Calcuta (este de la India), un perfil bajo que no impidió que decenas de fieles se congregasen a las puertas de su residencia para rezar por la ya santa.

Las religiosas de la Casa de la Madre Teresa asistieron a dos misas, una por la mañana y otra por la tarde, en honor a la canonización de la monja albanesa en la Ciudad del Vaticano, una ceremonia que siguieron todas juntas por la televisión, explicó a Efe una de las misioneras, la hermana Mary.

La entrada del sencillo edificio azul en el que residen las misioneras y que también alberga la tumba de su fundadora amaneció hoy decorado con carteles y fotografías de Gonxhe Bojaxhiu, nombre real de quien en 1979 recibió el premio Nobel de la Paz como Teresa de Calcuta.

Decenas de vecinos de su ciudad adoptiva acudieron al lugar para depositar ofrendas florales bajo una gran fotografía de la religiosa y ofrecer plegarias de agradecimiento por su canonización.

La asistencia a la misa en el interior de la casa se limitó, sin embargo, a unas 200 misioneras y un reducido número de visitantes por cuestión de espacio.

Con el regreso de su superiora, la hermana María Prema, de la ceremonia en la Santa Sede, habrá una celebración masiva en Calcuta, con un gran misa de acción de gracias en el estadio cubierto Netaji, con capacidad para unas 12.000 personas, el 2 de octubre.

El papa Francisco proclamó hoy santa a la madre Teresa de Calcuta 19 años después de su muerte, el 5 de septiembre, y tras un rápido proceso de canonización, en una ceremonia multitudinaria, como ya lo fuera la que la convirtió en beata el 19 de octubre de 2003.

Su orden, que en vez del hábito viste un sari, tradicional prenda femenina india, de color blanco con franjas azules, cuenta en la actualidad con unas 4.500 misioneras en más de 130 países, en los que ayuda a leprosos, enfermos de sida, huérfanos, prostitutas o refugiados.