Las fuerzas de seguridad de Bangladesh dieron hoy por finalizado el asalto a un restaurante de Dacca, la capital del país, en una operación en la que al menos siete personas murieron, dos de ellas policías, y 13 rehenes fueron liberados.
'La operación ha finalizado', afirmó a Efe una fuente de la División para la Seguridad Diplomática de la Policía en Dacca, que añadió que han recuperado 5 cadáveres del interior del restaurante, aunque aún no han sido identificados.
Según la fuente, desconocen todavía cuales de los cinco 'cuerpos recuperados son de criminales y cuales de civiles', que se suman a los dos policías muertos en las primeras horas de la operación iniciada anoche.
Un alto mando de las fuerzas especiales de la Policía bangladesí (RAB), Tuhin Md Masud, declaró al diario local The Daily Star que al menos 13 rehenes que permanecían en el interior del restaurante han sido rescatados, mientras que el periódico Dhaka Tribune elevó esa cifra a 18, de acuerdo con una fuente policial.
Algunos de los rehenes liberados son de nacionalidad india y japonesa.
Según fuentes oficiales, más de un centenar de militares y fuerzas de seguridad tomaron parte en la operación.
Al inicio del asalto se escucharon un tiroteo y varias explosiones, según el portal de noticias bangladeshí BDN.
Al grito de 'Allahu Akbar (Alá es grande)', varios asaltantes con armas de fuego, artefactos explosivos y cuchillos irrumpieron a última hora del viernes en el restaurante, ubicado en un barrio diplomático de Dacca y frecuentado por extranjeros.
El ataque, reivindicado por el Estado Islámico, ha causado al menos 26 heridos, según revelaron fuentes hospitalarias a Efe.
Fuentes diplomáticas y expertos de seguridad habían advertido a Efe hacía meses de la posibilidad de un ataque coordinado de esta envergadura en Bangladesh, un país de mayoría musulmana que desde 2013 ha sufrido una ola de ataques de corte islamista que se intensificó el año pasado.
Los atentados selectivos, generalmente a machetazos, han provocado la muerte de más de 40 personas en los últimos tres años, entre las que figuran fieles de minorías religiosas como hindúes, cristianos y budistas, seguidores de sectas no adscritas a la rama ortodoxa suní, activistas homosexuales o extranjeros.
Algunas de las acciones terroristas han sido reivindicadas por el grupo yihadista Estado Islámico y otras por la rama de Al Qaeda en el subcontinente indio, si bien las autoridades responsabilizan a grupos autóctonos.