Los científicos han observado las primeras señales de que la capa de ozono comienza a recuperarse, según un estudio publicado en el último número de la revista 'Science'.
Un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) descubrió que el agujero de la capa de ozono se ha reducido más de 4 millones de kilómetros cuadrados desde el año 2000, cuando alcanzó su máximo.
Más de la mitad de esa reducción se debió únicamente a la disminución del cloro atmosférico.
Esa recuperación se ha ralentizado en ocasiones debido a los efectos de las erupciones volcánicas pero, en general, el agujero de la capa de ozono parece estar en el camino de la recuperación, según los científicos.
En 2015 el agujero en la capa de ozono en la Antártida alcanzó un tamaño récord en diciembre, al registrar 10 millones de kilómetros cuadrados, más del doble del promedio para estas mismas fechas, según mediciones presentadas hoy por investigadores de la Universidad de Santiago de Chile, esto se dio según los científicos, por la erupción del volcán Calbuco en Chile a principios del año pasado.
'Podemos estar seguros de que los pasos que hemos dado han puesto al planeta en el camino de la recuperación', afirma Susan Solomon, la autora principal del estudio y profesora de Química Atmosférica y Ciencia Climática en el MIT.
A medida que los niveles de cloro vayan disipándose de la atmósfera, Solomon ve motivos por los que el agujero de la capa de ozono seguiría encogiéndose y, eventualmente, se cerraría de manera permanente hacia mediados de siglo.
'La ciencia ha ayudado a mostrar el camino, los diplomáticos, países e industria han sido increíblemente capaces de trazar un camino de salida para esas moléculas y ahora estamos realmente viendo cómo el planeta empieza a ponerse mejor. Es algo maravilloso', celebró.
Para efectuar esta investigación, los científicos analizaron cada registro del agujero de la capa de ozono del mes de septiembre entre el año 2000 y 2015.
'Creo que hemos estado, yo incluida, demasiado enfocados en octubre, porque es el mes en el que el agujero de la capa de ozono es enorme y está en su momento de gloria', apuntó Solomon.
'Pero octubre también está sujeto a variaciones como los ligeros cambios en la meteorología. Septiembre es un mes mejor para hacer las observaciones porque la química del cloro está firmemente en control del índice al que el agujero se forma en ese momento del año', agregó.
En este video la revista Science explica su investigación.