Más de 50.000 personas protestaron este lunes en la isla de Okinawa, en Japón, contra la presencia de bases militares estadounidenses y los recientes incidentes protagonizados por sus soldados, según datos de los organizadores.
La protesta fue organizada tras la violación y el asesinato de una joven local presuntamente cometidos en abril por un exmarine, el más grave de los últimos sucesos en esta región con soldados estadounidenses implicados y que ha reavivado el rechazo de la población local contra la presencia militar de Washington.
La concentración, respaldada por la mayoría de partidos políticos locales y organizaciones de ciudadanos, comenzó en un parque de la localidad de Naha, y en ella se pudieron ver pancartas con mensajes como 'No más bases de EEUU' y se corearon consignas como 'Fuera los marines', informó la cadena estatal NHK.
Se trata de una de las mayores manifestaciones contra la presencia militar estadounidense en este archipiélago del sur de Japón desde que en octubre de 1995 unas 85.000 personas protestaran por la violación de una niña de 12 años por tres soldados estadounidenses, destacaron los medios nipones.
Los políticos y organizaciones participantes, entre ellos el gobernador de la prefectura, Takeshi Onaga, firmaron un manifiesto que solicita la retirada de todas las bases estadounidenses en Okinawa, donde se ubican la mayoría de instalaciones militares de EEUU en el país asiático.
El texto también reclama la revisión del pacto firmado en 1960 entre Japón y Estados Unidos que regula la jurisprudencia sobre estas bases y sobre su personal, y que permite que los sospechosos de crímenes en territorio nipón respondan ante la justicia de EEUU.
Además, el manifiesto insta a la Casa Blanca a pedir disculpas a la familia de la víctima asesinada, que también participó en la protesta, y a todo el pueblo de Okinawa.
Aparte de la concentración en Naha, también se celebraron protestas frente a varias de las bases de Estados Unidos en Okinawa, que fueron disueltas por la policía, y otra concentración frente al edificio de la Dieta (Parlamento) en Tokio, informó NHK.
El pasado 20 de mayo, un exmilitar estadounidense y actual trabajador de la base de Kadena fue detenido por la violación y asesinato de una joven lugareña de 20 años.
Además de este suceso que conmocionó a la sociedad nipona, un marine fue detenido en marzo por la violación de una turista nipona en Naha y una militar estadounidense fue arrestada en junio en la misma localidad por conducción ebria y causar un accidente.
Tras estos sucesos, EEUU impuso el toque de queda a su personal destinado en Okinawa a partir de las 10 de la noche y le prohibió beber alcohol fuera de las bases, mientras que las autoridades niponas decidieron desplegar patrullas especiales para vigilar las zonas cercanas a instalaciones militares y de ocio nocturno.
Antes de estos incidentes, el Ejecutivo local y Tokio se enfrentaron por la construcción de la nueva base militar estadounidense de Futenma en la bahía de Henoko, al norte de la isla principal de la prefectura, que sustituiría a la actuales instalaciones de 480 hectáreas ubicadas en el mismo centro urbano de la localidad de Ginowan (94.000 habitantes).
Okinawa alberga a más de la mitad de los cerca de 47.000 efectivos que Washington mantiene en Japón, así como al 74 % de las instalaciones militares estadounidenses en el país asiático.