Simba, una perrita french poodle miniatura, fue una de los primeros perros en probar un sanitario especial para mascotas en el aeropuerto internacional John F. Kennedy de Nueva York, la más reciente de cada vez más instalaciones aéreas de Estados Unidos que ofrecen un sitio donde los animales domesticados podrán aliviar sus necesidades.
'¡Tiene hasta un hidrante allí!', dijo la dueña de Simba, Heidi Liddell, luego de abrir la puerta del sanitario, la cual tiene una ventana con una huella animal y se ubica entre los baños de hombres y mujeres.
No pasó mucho tiempo para que la perra hiciera lo necesario sobre un trozo de césped artificial. En el lugar hay un dispensador de bolsas plásticas y una manguera con agua para que los dueños limpien el lugar para el próximo visitante.
El cuarto de unos 6,5 metros cuadrados (unos 70 pies cuadrados) en la Terminal 4 fue creado para evitar que los dueños lleven a sus perros y otros animales a hacer sus necesidades en algún lugar fuera del edificio. Esa necesidad requería un molesto segundo viaje a través de la línea de seguridad.
'Vimos un aumento en los pasajeros que viajan con mascotas y decidimos hacerlo de una vez', dijo Susana Cunha, vicepresidenta de la compañía que opera la terminal.
Una regulación federal requerirá que todos los aeropuertos que den servicio a más de 10.000 pasajeros al año instalen un sanitario para mascotas en cada terminal aérea para agosto. Los aeropuertos que ya los tienen incluyen al Dulles, en las afueras de Washington D.C., el O'Hare de Chicago y el internacional de Seattle-Tacoma.
'Con vuelos largos y periodos breves para transbordar, los pasajeros no tendrían suficiente tiempo con los cambios de avión para ir y regresar a través de las medidas de seguridad', dijo Karen Greis, gerente de servicios al consumidor de la Fundación del Perro Guía, una organización no lucrativa que entrena perros de servicio y que participó en el diseño de las nuevas instalaciones.