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Bruselas. Los rostros e historias de los 31 fallecidos en los atentados del martes en el aeropuerto y el metro de Bruselas, entre quienes había universitarios, madres, trabajadores del aeropuerto o profesores, comienzan a aparecer en los medios y redes sociales, a falta de su identificación oficial.

En fotografías que los muestran sonrientes, despreocupados, algunos acompañados de sus hijos o sus parejas, se leen mensajes escritos por sus familiares y amigos, que hacen saltar las lágrimas.

Una de las vidas trucadas en el metro fue la de Léopold Hecht, de 22 años, un estudiante de Derecho en la Universidad de Saint-Louis, en Bruselas, donde ganó el año pasado el primer premio de un concurso de oratoria, que resultó gravemente herido tras el atentado en el metro de Maelbeek y falleció horas después.

Su madre explicó al diario La Dernière Heure que van a donar sus órganos porque 'es la decisión que habría deseado tomar él', y que esperan que con ello consigan 'salvar una vida o ayudar a alguien'.

Otro joven fallecido, este en el aeropuerto, fue Bart Migom, estudiante de 21 años residente en Dixmuda (Bélgica), que iba a coger un avión a Estados Unidos para ver a su novia, Emily.

Tras los atentados, ella difundió fotos de él y fue entrevistada por la CNN para intentar localizarle.

Muchas de las víctimas de los atentados eran extranjeras, como Adelma Tapia, peruana de 36 años casada con un belga, Christopher Delcambe, que estaba en el aeropuerto para viajar rumbo a Nueva York junto a sus dos hijas para reencontrarse con su madre.

Una de sus hijas, Maureen, y su marido se encuentran hospitalizados, mientras que la otra, Alondra, salió ilesa.

Adelma, cocinera de profesión, planeaba abrir un restaurante peruano en Bruselas.

Los hermanos Alexander y Sascha Pinczowski, de nacionalidad holandesa, volvían a Nueva York tras visitar a sus padres, residentes en el municipio de Lanaken (Bélgica), pero no dieron señales de vida tras las explosiones.

Según el periódico holandés Algemeen Dagblad, las explosiones les sorprendieron mientras hablaban por teléfono con su familia para decirles que estaban en el aeropuerto.

En el mismo lugar perdió la vida Fabienne Vansteenkiste, de 51 años, trabajadora del aeropuerto que acababa de terminar su turno cuando las dos bombas hicieron explosión. Aún hay decenas de víctimas sin identificar y muchas personas que no han sido localizadas.

Entre ellas, Justin y Stephanie Shults, una pareja estadounidense que se encontraban en el aeropuerto en el momento de las explosiones, siguen en paradero desconocido.