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Una madre y su hijo de un año murieron en las últimas horas en el estado de Nueva Jersey envenenados por el escape de su auto durante la última tormenta de nieve en Estados Unidos, por lo que el saldo provisional de fallecidos por el temporal se eleva a 26 víctimas. Según informó ayer el diario local The Record, el suceso se registró el sábado por la noche en la localidad de Passaic, cuando la madre, de 23 años, estaba dentro del auto con sus dos hijos y el tubo de escape estaba cubierto de nieve.

Otro menor, de tres años, está en situación crítica, dijeron fuentes policiales al diario. El padre estaba cerca del lugar, intentando quitar la nieve. En total, según medios locales, han sido al menos seis las personas que desde que se extendió la tormenta de nieve por la costa este de Estados Unidos, el viernes, han perecido por inhalar monóxido de carbono de escapes de automóviles que estaban cubiertos por la nieve.

Otras 11 personas han perecido por accidentes de tráfico a causa del mal estado de las vías, cinco más por ataques al corazón mientras participaban en los trabajos para quitar nieve, tres por razones desconocidas y un caso por hipotermia.

Las víctimas se han registrado en los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Virginia, Delaware, Tennessee, Kentucky, Maryland, Carolina del Norte, Pensilvania y Ohio.

En el caso de la ciudad de Nueva York, la mayor del país, la tormenta causó la segunda nevada más intensa desde que se tienen registros, hace siglo y medio.

Desde el golfo de México

La tormenta provocó nevadas desde la costa del Golfo de México hasta New England. El reporte oficial más severo fue de 1,06 metros (42 pulgadas) de nieve en Glenary, West Virginia, pero las enormes acumulaciones en otros lugares dejaron varados a decenas de miles de viajeros y obligó a otros tantos a cambiar sus itinerarios.

Se reabrieron los espectáculos en Broadway, luego de que se cerraran minutos antes del inicio de la tormenta, pero Bruce Springsteen canceló su presentación del domingo en el Madison Square Garden. El tránsito aéreo siguió siendo un caos luego de la cancelación de casi 12.000 vuelos durante el fin de semana. Los aeropuertos reanudaron un servicio limitado en Nueva York, Baltimore y Filadelfia, que recibió toda la nieve de un invierno en tan solo dos días.