Compartir:

Wolfsburgo es una ciudad creada por Volkswagen. No son exageraciones: los nazis la pusieron en el mapa en 1938 para construir el 'auto del pueblo'.

La ciudad se enriqueció con el boom de postguerra de la compañía y hoy las dos son inseparables. Hay un club de fútbol que lleva el logo VW y que juega en el Estadio Volkswagen; la sede y las fábricas de la casa automotriz ocupan buen parte de la ciudad, hay un banco Volkswagen, una inmobiliaria Volkswagen e incluso una fábrica de salchichas Volkswagen.

Es por ello que cuando se reveló que la empresa había hecho trampa en las pruebas de emisiones de Estados Unidos, haciendo que sus acciones se desplomasen, todo el mundo se preocupó en esta ciudad.

'La gente está medio deprimida, cortarán muchas cabezas y no solo en las altas esferas, sino también en los niveles más bajos', expresó Mark Graff, de 65 años, mientras espera afuera de la fábrica de la empresa que termine el turno de su hija para recogerla.

Graff, cuyo hijo también trabaja en la planta, dijo que teme que si bajan las ventas, recorten los turnos.

'Los primeros en irse serán los trabajadores a tiempo parcial, y son muchos', manifestó.

Nadie sabe exactamente qué esperar, pero la mayoría de la gente piensa que los próximos meses serán duros ya que la empresa tiene que hacer frente a una cantidad de entuertos legales y técnicos al tiempo que trata de restaurar su imagen. La municipalidad, por lo pronto, ya congeló los gastos y la contratación de personal.

La fábrica de Volkswagen comenzó a funcionar en muy poco tiempo gracias a la mano de obra extranjera forzada, el uso de prisioneros de guerra y de detenidos en campos de concentración. Pero en lugar de producir autos comenzó a fabricar vehículos militares, cohetes y otro equipo militar.

Renombrada Wolfsburgo en 1945, en alusión a un castillo vecino, la ciudad cuenta hoy con 120.000 habitantes y 120.000 empleos, muchos de ellos en manos de gente que viene de localidades vecinas. Unas 70.000 personas trabajan directamente para VW y muchas otras dependen también de la firma.

Sin los suculentos aguinaldos

Sumon Ahmed, un joven de 24 años que trabajó durante el verano en la planta de VW, dijo que la gente comentaba que tal vez no recibirían un suculento aguinaldo de 5.900 euros (6.610 dólares) por empleado, como estipula el convenio laboral.

'Habrá como mínimo una merma de ingresos a corto plazo, pero no sabemos cuál será el impacto de todo esto a largo plazo', expresó, luciendo su camisa azul de VW al terminar su turno en la planta de ensamblajes de los modelos Golf y Polo.

La mayoría de las personas que salían de la planta se negaron a comentar la situación y dijeron que apoyaban a la empresa.

'Vaya a Mercedes, ellos también tienen sus trapitos sucios', alcanzó a decir un hombre de mediana edad con la camisa de VW, que no quiso identificarse. Es una actitud comprensible si se tiene en cuenta que Wolfsburgo, que se encuentra en la carretera que une Berlín y Hanover en el norte de Alemania, es la ciudad con finanzas más sólidas del país gracias a Volkswagen. Su producción por persona es la más alta de Alemania.

A nivel nacional, el economista de ING Carsten Brzeski dijo que no se sabe a ciencia cierta en estos momentos cuál será el impacto de la crisis en la economía alemana, pero 'está claro que, como propietaria de marcas en siete países europeos y teniendo el 13% del mercado mundial, esto ser hará sentir'.

'En Alemania VW emplea más de 270.000 personas', destacó. 'Si se agregan los proveedores, VW genera el 1,5% de los empleos y su impacto en el crecimiento es mayor todavía'. Por ahora, la fábrica de VW en Salzgitter ha eliminado un turno por semana y la división de servicios financieros ha congelado las contrataciones.

Se reducen los gastos

En Wolfsburgo, el alcalde Klaus Mohrs anunció esta semana que se congelaban los gastos y las contrataciones, y que se suspendían los nuevos proyectos por ahora. 'Si bien la ciudad no tiene deudas y hemos tomado medidas de contingencia, seguramente recibiremos muchos menos impuestos comerciales', manifestó en un comunicado. 'Es demasiado pronto como para hacer números, pero es obvio que este año nos vamos a tener que arreglar con menos'.

Michael Wilkens, director de la Cámara de Comercio de Wolfsburgo, dice que los lazos entre la ciudad y la empresa son muy sólidos.

'Estamos atravesando por una fase dura, pero espero que al final de todo esto VW sea una firma más fuerte todavía', declaró.

En la escuela secundaria Carl Hahn, que enseña administración de empresas y que se encuentra pegada a la planta de VW, estudiantes que planeaban trabajar para la casa automotriz ya no están tan seguros. 'Pensaba que me iría a trabajar para VW, pero eso no luce tan tentador en estos momentos', comentó Tobías Batzdorfer, de 17 años.

'No creo que VW vaya a quebrar. Es demasiado grande', añadió. 'Supongo que va a haber una fase en la que van a perder dinero y que después de un par de años van a reponerse'.

El escándalo y su costo

Volkswagen AG tendría que pagar hasta 18.000 millones de dólares en multas en Estados Unidos por haber construido 482.000 vehículos con una tecnología que permite burlar los controles de emisiones. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos dice que los vehículos en cuestión exceden el límite de las emisiones de contaminantes de óxido de nitrógeno hasta en 40 veces. El escándalo, que involucra a unos 11 millones de coches en todo el mundo, llevó a la renuncia del presidente ejecutivo de VW, Martin Winterkorn, el pasado 23 de septiembre. Otros países, incluido Corea del Sur, están investigando los autos de VW y en Estados Unidos ya se han radicado demandas colectivas. En principio, VW ha reservado 6.500 millones de euros (7.300 millones de dólares) para cubrir los costos de esta crisis y 'recuperar la confianza' de la gente. No está claro si ese dinero incluye lo que se debería pagar en concepto de multas.

El paso determinante en el sistema de pruebas de emisiones en Estados Unidos es la 'certificación' de cada modelo nuevo o familia de modelos, para permitirles ser vendidos en Estados Unidos. Para tener el sello de aprobación de la EPA los fabricantes de autos hacen sus propias pruebas y presentan a veces miles de datos a la EPA