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El líder de un golpe militar en Burkina Faso dijo el lunes que entregará el poder a un gobierno civil de transición y se disculpó con el país.

El comunicado emitido por el general Gilbert Diendere a los periodistas en Burkina Faso se produjo luego de que el ejército de la nación africana advirtiera horas antes que sus tropas avanzaban hacia la capital con el objetivo de desarmar por la fuerza a la junta del golpe de la semana pasada.

Los jefes de las Fuerzas Armadas Nacionales dijeron que las tropas estarían convergiendo en la capital, Ouagadougou, para tratar de desarmar a la junta sin derramamiento de sangre. Sin embargo, el anuncio aumentó el temor de enfrentamientos violentos.

'Exigimos que dejen sus armas y se reintegren al Campamento Sangoule Lamizana', agregó el comunicado, que prometió que aquellos soldados que regresen estarán protegidos, así como sus familias.

Diendere dijo que la junta golpista también estaba permitiendo la puesta en libertad del primer ministro interino, quien había estado bajo arresto domiciliario desde el golpe de Estado.

Los mediadores regionales, liderados por los presidentes de Senegal y Benin, están presionando para que se realicen nuevas elecciones, más inclusivas, a más tardar a finales de noviembre.

Los soldados que tomaron el poder la semana pasada pertenecen a una unidad de la guardia presidencial que es leal al expresidente Blaise Compaore. El general que fue instalado como presidente el jueves es un exalto asesor de Compaore.

Los golpistas dijeron que estaban furiosos porque miembros del antiguo partido gobernante de Compaore no podrán participar en las elecciones que se fijaron para el 11 de octubre.

Los mediadores regionales anunciaron un plan la noche del domingo que llama a nuevas elecciones a finales de noviembre. Sin embargo, el general golpista no asistió a la conferencia de prensa donde fue leído el proyecto de acuerdo en voz alta, por lo que no estaba claro si aceptaría el plan, que exigía que renuncie hasta que se puedan organizar elecciones.