El flujo de refugiados a Alemania continúo este domingo y durante todo el fin de semana se alcanzó la cifra de 13.000 nuevos peticionarios de asilo, mientras se ha desatado el debate político sobre la decisión de la canciller Angela Merkel de abrir las puertas del país ante la crisis que se vivía en Hungría.
Las críticas han venido de la Unión Socialcristiana (CSU), partido hermano de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y que gobierna con mayoría absoluta en Baviera, el estado más afectado por la avalancha del fin de semana
El secretario general de la Unión Socialcristiana (CSU), Andreas Scheuer, dijo que dentro de la cúpula del partido hay unanimidad en que ha sido una decisión equivocada.
'Alemania no puede resolver en solitario los problemas de migración de este mundo', dijo Scheuer, cuyo partido es considerado como el ala bávara de la CDU de Merkel.
'A largo plazo no podemos recibir en Alemania a todos los refugiados, que deberían repartirse entre los 28 países miembros de la UE', dijo, por su parte, el primer ministro bávaro, Horst Seehofer, durante un acto para celebrar el centenario del legendario líder de la CSU, Franz Josef Strauss.
Pese a la críticas, el gobierno bávaro ha celebrado la disposición a ayudar de la población, aunque sin dejar de reclamar una solución europea para la crisis, y ha asumido el reto logístico que representa el flujo de refugiados evitando que se produjera un caos que muchos temían.
De momento, muchas veces parece haber euforia por el hecho de que el país haya asumido el reto, pero también hay temores de que el flujo de refugiados haga que resurjan temores que puedan ser aprovechados por grupos de ultraderecha.
Durante el sábado llegaron 8.000 refugiados, mientras que hoy, hasta las 15.00 hora local (13.00 GMT), fueron cerca de 5.000 los que accedieron a Múnich, capital de Baviera.
La mitad de los refugiados que han llegado a Múnich serán repartidos entre otros estados de Alemania, mientras que el resto permanecerán de momento en Baviera.
La estación de Múnich es donde llegan la mayoría de los trenes, lo que hace que las autoridades de la capital bávara se hayan visto obligadas a reaccionar rápidamente para acoger a los recién llegados.
En el curso de menos de 48 horas se han aclimatado dos salas del pabellón de ferias como centro de acogida, así como otro viejo pabellón no lejos de la estación.
Otras ciudades alemanas que ha recibido un alto número de refugiados han sido Dortmund, en el oeste del país, Saalfeld, en el este, Hamburgo y Kiel, en el norte, y Francfort en el centro.
En todas partes los refugiados han sido recibidos con aplausos y regalos de la población alemana.
Tras haber logrado superar con éxito el fin de semana, al que en muchas ciudades se logró dársele incluso un ambiente de fiesta, viene ahora el reto duradero de integrar a los recién llegados.
Por una parte hay cuestiones financieras que tienen que ordenarse, y el Estado, como lo dijo hoy el ministro de Economía, Sigmar Gabriel, tendrá que destinar recursos a los municipios, que son los que se encargan directamente de los centros de acogida.
Por otro lado, queda abierta la pregunta de si en el día a día se mantendrá la actitud de cooperación abierta que han mostrado los alemanes durante el fin de semana.
De parte de la industria, muchos han querido empezar a dar ejemplo anunciando buscar trabajadores directamente en los centros de acogida.
Así, por ejemplo, el presidente del consorcio automovilístico Daimler Benz, Dieter Zetschke, dijo al dominical 'Bild am Sonntag' que muchos de los refugiados son 'jóvenes, están motivados y tienen buena formación' y subrayó que eso es precisamente lo que buscan las empresas en momentos en que Alemania tiene la tasa de desempleo más baja desde 1991, del 6,4 %.