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El migrante sirio que sobrevivió a un naufragio durante una travesía desesperada de Turquía a Grecia enterró a su esposa y dos hijos el viernes en su ciudad natal de Kobani, en la región kurda Siria desgarrada por la guerra de la que la familia había huido.

Abdullah Kurdi abandonó sus planes de dejar su país. 'Quería ir a Europa por el bien de sus hijos', dijo su tío Suleiman Kurdi. 'Ahora que han muerto, quiere quedarse aquí en Kobani con ellos'.

La imagen del cuerpo de Aylan Kurdi, de tres años, en una playa turca atrajo las miradas del mundo a la ola de migración impulsada por la guerra y las privaciones.

Los tres cuerpos fueron transportados en avión a una ciudad turca fronteriza con Siria desde la cual vehículos fúnebres con escolta policial los llevaron a Kobani. Legisladores turcos acompañaron a Abdullah Kurdi hasta Kobani. A los periodistas y un grupo de gente solidaria se les impidió pasar un retén a tres kilómetros de la frontera.

Decenas de dolientes se agruparon en torno de los cuerpos cuando los tendieron en la tierra seca y yerma del Cementerio de los Mártires. Las paladas de tierra alzaron nubes de polvo.

Algunas tumbas están marcadas de manera improvisada con bloques de concreto.

El cuerpo de Aylan apareció en una playa turca poco después que zozobró el bote de goma en el que viajaba con su familia. Vestía calzado de tenis, pantalones cortos azules y camisa roja. En total, 12 migrantes murieron ahogados frente a la costa turca de Bodrum ese día.AP